Ayer recibí un correo de agradecimiento de unos padres, creen que esta será para ellos una navidad por fin "normal". Así lo expresaban en sus letras. El ser humano por naturaleza desea la perfección pero es algo inalcanzable. Nos cansamos y agotamos intentando cambiar todo aquello de nuestras vida que no es perfecto, y lo peor, nos angustiamos cuando las cosas no salen como queremos. Depositamos nuestra confianza en manos humanas y nos olvidamos que el único que comparte todas nuestras miserias y alegrías al 100%, es nuestro Padre.
Como dije ayer, a veces el Señor te enseña de formas dolorosas, lo que de otra forma no alcanzas a comprender. Hay veces que deseas mucho algo, y cuando pasa, te parece que algo no marcha bien. Todos andaban nerviosos hoy, y yo me sentía protegida en manos del Señor. He sentido esa paz que tantas veces ruego al Señor, y al sentirla, me parecía sentirme mal, como que no preocuparme era de mala persona. ¡qué cosas! Es el inconformismo de las personas.
Hoy me fijaba en la Virgen de la Esperanza, manos abiertas para abrazar a sus hijos...deseo que me abrace y me sienta siempre como estos días...