Yo soy la luz del mundo el que me siga no andará en tinieblas...¿Cómo seguirte Señor, cuando el camino se adivina incierto?Una vez más mi corazón repite abandono, abandono, abandono y mi mente parece cansada y agotada...No estoy sola Señor, caminas conmigo en cada paso en cada tropiezo caes para levantarme...Cuando Señor aprenderé que no me pertenece mi destino, que ya lo escribiste el día que me creaste y que nada puede hacer que el cambie. ¿Por qué revelarme contra él?
Gracias Padre porque me has acompañado esta semana en cada caída, y aunque ha habido ratos que creía desesperar o romperme de dolor, no me he dejado llevar por ese demonio que me indicaba de forma muy atractiva otro camino más fácil, menos pedregoso, pero en definitiva, lejos de Ti. Eres mi luz no dejes que me obceque y piense que estoy sola, porque ya me amabas antes de crearme y siempre me amarás.
El Señor nunca nos deja solos. Si tuviéramos plena conciencia de esto, nunca estaríamos tristes. El Señor perdona siempre. Así nos lo recordaba el Papa Francisco hace unos días. No nos cansemos de dar gracias y de pedir perdón. Y tengamos siempre conciencia de la presencia de Dios en nuestra vida!!
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