Vivencias con Moraleja

¿Es posible que Dios habite en la tierra?

Hoy estaba con los bedeles en fotocopiadora tomando un café. Se ha ido una de ellas y los otros hablaban mal de ella. Luego ha vuelto la otra, y se han ido los otros dos, entonces ha ocurrido todo lo contrario, la criticada ha pasado a ser la que lo hacía. Yo lo de espectadora oía y callaba. Al final todos los seres humanos nos relacionamos igual. Me gusta observar, se conoce más a la gente manteniéndose de espectadora y estableciendo una distancia en determinados momentos. No significa no tener opinión sobre algo, sino saber medir las palabras y entender que muchas veces no tenemos la perspectiva de todo. Así se lo intentaba hacer ver a un compañero que ponía verde a otro muy enfadado, porque siempre está apuntado en el parte de faltas y debemos entrar a cubrirlo en sus clases. Indignado decía que eso era una vergüenza, que siempre faltaba. Yo intentaba explicarle que seguramente había una explicación racional, y que yo misma había faltado tres jueves seguidos a causa de médicos y exámenes. Pero el obcecado en su postura afirmaba que eso no era cierto y que lo mío era algo puntual. Creo que un padre de familia con una mujer supuestamente enganchada a determinados vicios y un hijo pequeño con un problema de salud, puede ser razón suficiente para faltar. Al final en esto como en otras cosas el problema es el mismo. Concebimos la vida solo para ser felices, y cualquier cosa que nos la enturbie la rechazamos sistemáticamente. Solamente sabemos amarnos a nosotros, y en escasas ocasiones, regalamos nuestro amor a cambio de nada. Es por ello que a muchos les resulta increíble que Cristo haya existido, ¿Cómo va a existir un hombre que muere para salvar a otros?. Es evidente que nunca vamos a  saber amar a Dios, que no lo vemos, si no sabemos amar a los que nos rodean, que si los vemos.