Nunca es suficiente el tiempo que empleas con el Señor, y aunque debemos tenerlo presente cada momento del día, siempre debemos guardar su espacio, al igual que siempre alardeamos que queremos tener tiempo para leer, hacer deporte o salir con los amigos... he ido a la capilla de la residencia, allí en su presencia le he contado todo aquello que me inquieta y le he dado muchas gracias por todo, por lo bueno que me da, y por aquello malo que me hace crecer como cristiana. Al salir, antes de ir a la Iglesia a rezar el rosario y a la Eucaristía me he quedado hablando con mis compañeras de misa de los sábados por las mañanas, las ancianas de la residencia. Una me ha preguntado: ¿Qué hacías?, y yo le he contestado que rezar vísperas en la capilla. Otra ha comentado en alto: "Es que está es medio monja"...me he echado a reír y me dice: "¿Verdad que te gusta todo eso?...y le he respondido: "Todo lo que rodea a Dios me fascina". Otra mujer le ha replicado "Mejor allí que no por ahí bebiendo y golfeando". Fascina ver la vitalidad que tienen aún y lo útiles que se sienten a pesar de su edad. El Señor se asoma para llamar tu atención en los demás, abre bien los ojos!!!!
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