Dislexia Divina

Todos somos disléxicos en la fe. No sabemos leer las cosas maravillosas que el Señor nos da cada día, cambiamos el sentido de sus designios y dejamos de leer esas pequeñas palabras entrelineas. Muchas veces he pensado Señor ¿cómo puedes existir? Tan perfecto que asustas, tan cercano que estremeces y dándonos tanto amor que parece casi imposible. Entonces me he alegrado gratamente de saber que eso se llama "temor de Dios", y que no es nada malo, todo lo contrario, un don maravilloso de Dios que nos hace amarlo un poquito más. Allí en ese sitio con sabor a hogar he leído esto: Cuando fallan los cimientos, ¿qué podrá hacer el justo?...y entonces he comprendido que solo Dios no consuela cuando nuestros cimientos parecen tambalearse...y que sólo él no fallará nunca. Señor, sabiéndome imperfecta e indigna de tu amor. No dejes nunca que me desoriente en tu camino, y que en cada tropiezo, obtenga el aliento para seguir caminando con mis pupilas en tus brazos amorosos.