¡FELIZ PASCUA DE LA RESURRECCIÓN A TODOS!
Mi corazón está alegre y renovado. He vivido una Semana Santa unida a Jesús y a todos los acontecimientos de estos días. Sin duda, la Vigilia Pascual ha sido el broche de oro que ha hecho latir mi corazón y ha levantado mi alma para poder decir muy fuerte y alto que Jesús está en mi vida, y que es el que le da sentido a ella. Cada renuncia y cada profesión de fe que he hecho en ella a elevado mi espíritu me hacía consciente de lo que realmente era importante. Me decía el Señor: Alégrate y no tengas miedo, estoy en tu vida y solo eso es importante.
Las campanas que daban paso de las tinieblas a la luz y anunciaban la resurrección de Cristo. Es maravillosa luz penetró rayo a rayo por todos los poros de mi piel. Era la luz de Cristo que me decía que no hay desierto ni oscuridad en mi vida, que la soledad es solo una percepción que el demonio quiere hacerme sentir. Cuando eres consciente de eso comprendes que no hay dolor que caiga en vacío, ni llanto que no tenga sentido, que las cruces las llevo detrás de Él, y que me guía para poder alcanzar la meta de, morir en Él para poder vivir con Él.
El sepulcro está vacío y Jesús ha roto las cadenas de la muerte, salvándonos a todos por el poder de la cruz. No lo busquemos entre los muertos, sino cada día en al Eucaristía, como un Dios muy vivo que se ha quedado entre nosotros para ofrecernos la salvación. ¡CRISTO HA RESUCITADO, ALELUYA ALELUYA!
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