ROTA Y ENTERA

El Señor nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas tus fuerzas. Las palabras que digo quedarán en tu memoria, se las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas estando en casa y yendo de camino, acostado y levantado.







lunes, 23 de diciembre de 2013

   He bajado a las confesiones de la parroquia de mi madre. Al empezar el acto penitencial el Padre Prior, después de una preciosa celebración en la que nos invitaba a sanar nuestro interior para recibir al Señor como es debido, nos ha invitado a centrarnos en la propia confesión, evitando contar cosas que no son necesarias y que nos descentran de pedir perdón de nuestros pecados. 

   No estábamos mucha gente, eran cuatro sacerdotes, cuando he visto que el de mi izquierda, al que yo llamo el cantor gruñón amistosamente, estaba solo, he decidido acercarme a él. Había confesado hace unos días pero no estaba tranquila con algo ocurrido y no deseaba que el Niño naciera en un pesebre indigno. Iba muy concentrada en lo que tenia que decir y como era poca cosa he pensado seré breve como han indicado. Nada más sentarme a su lado dice el hombre. perdona la indiscreción pero ¿ese libro que lees que es? Digo es la Liturgia de las Horas. El ha contestado, me acabas de dejar asombrado, no esperaba que me dijeras eso. Se ha puesto a hablar conmigo y ya hemos confesado, al acabar me pregunta, ¿podíamos quedar un día para hablar no? Le he comentado que me iba el día de Navidad por la tarde y que apenas quedaba tiempo. Pero él me ha dicho que si mañana bajaba a las 19.30 a misa y al decirle que sí dice pues vente a las 5 y hablamos tranquilamente de todo. Así hemos quedado, ¿por qué esa insistencia? Mañana veremos, ya sabéis que el Señor siempre nos tiene que decir algo.

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