Ínfimo e imperceptible gusanito débil, no puede arrastrarse con su sola fuerza. Necesita del empuje de su padre. Intentó caminar solo pero se dio cuenta que no sabía en que camino dirigirse, se fatigaba y tenía que parar para poder suplicar a su padre que volviera junto a él. El padre siempre le repetía lo mismo: "tantas veces como te pierdas yo te buscaré, tantas veces me niegues yo te esperaré, porque no soy yo el que me alejo de ti, eres tú el que asumiendo que no me necesitas me huyes y buscas veredas donde no deberías pasar."
El gusanito se creía más fuerte si caminaba solo, pero esa fuerza y valentía que creía sentir solo le duraba unos días, era el reflejo de su padre alentándole en el camino. Pobre gusanito, cuantas veces tropezará hasta lograr entender que gusanito es y así morirá. No podemos ser lo que no somos.
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