Hoy me han comunicado una noticia no muy buena. Me ha entristecido bastante, sobre todo porque no me afecta a mí pero si a alguien muy cercano. He sentido esa tristeza que es aprovechada por el demonio para que pongas en duda la voluntad del Señor y te haga zozobrar. Después de eso he bajado corriendo a la capilla, había misa. Allí sentada en ese banco contemplando el maravilloso milagro de la Eucaristía donde Jesús se hacía presente solo para mí, me he dado cuenta de la nimiedad de todo lo que me rodeaba en comparación con ese Dios tan cercano, que no solo podía tocar sino que me lo llevaba conmigo en mi corazón tras comulgar. Entonces me he preguntado, ¿y quién soy yo para cuestionar tu voluntad? Como dice la Palabra de Dios en completas: Sed sobrios, estad alerta que vuestro enemigo el diablo,como león rugiente, busca a quien devorar. Resistidle firmes en la fe.
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