ROTA Y ENTERA

El Señor nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas tus fuerzas. Las palabras que digo quedarán en tu memoria, se las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas estando en casa y yendo de camino, acostado y levantado.







martes, 23 de septiembre de 2014

La Gota del Océano

Qué difícil es caminar en la voluntad del Señor, y más aún hacer aquello que debes por el bien de tus hermanos. 

Como dice la lectura de Proverbios"Quien cierra los oídos al clamor del necesitado, no será escuchado cuando grite" Hoy ha pasado algo en clase que me ha recordado esta frase y difícil deber de un profesor. Es un día extremadamente agotador por el groso de clases que imparto los martes sin un descanso en medio. A pesar de todo me gusta estar así de ocupada, porque aún teniendo pocos minutos de ocio los aprovecho mejor. Hoy incluso me ha dado tiempo a rezar las intermedias y encomendarme a la Virgen a las 12. Después del recreo es complicado, ha llegado un niño que se notaba a la legua por su cara y sus ojos vidriosos que había estado fumando lo que no debía. Así le pasaba, le pesaban los ojos y no podía apenas moverse, cuanto más trabajar. Le he llamado la atención varias veces, y ya me he acercado y le he dicho que no paraba de molestar y de no hacer nada, y le he susurrado por lo bajo, "conozco esos ojos que a veces traéis a clase, si vuelvo a verlos llamaré a tu casa. Es más cómodo pasar estas cosas por alto, pero siempre que me ocurre algo semejante en mi mente se cruza un dilema moral. 
Hoy no hemos acabado bien ese muchacho y yo pero son tantos lances del aula con los que aprendes a convivir, y que te llevan a darte cuenta que ellos también son esos pobres necesitados que sin saberlo te claman desde el silencio de unas almas perdidas por tantas y tantas señales confusas que les llegan. Tengo una estampa en la mesita de noche, bueno concretamente cuatro, una de ellas es Teresa de Calcuta, me recuerda cada día cuando lo leo que por pequeña que sea la gota que yo aporto, también forma parte de ese océano inmenso. Nunca os canséis de hacer el bien por mucho que cueste a veces realizarlo.

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