"Amad a vuestros enemigos, y rezad por los que os persiguen"
En la vida, te das cuenta que hay personas que permanecerán
contigo a tu lado, independientemente de como evoluciona tu vida y hacia donde
la proyectas. Está claro que la mía ha cambiado muchísimo. Siempre había
pensado que a mi vida le faltaba algo, no sabía el qué ni el porqué de esta
sensación, pero así era. Salía y entraba, iba y venía pero todo por pura
inercia, dejándome llevar por los acontecimientos y las personas, aunque
siempre con la sensación de que no terminaba de encontrar mi sitio. Mi vida
está claro que ha cambiado, el centro de ella es ahora DIOS, y en consecuencia,
lo más importante para mi es la EUCARISTIA y mi rato de ORACIÓN. Sé que parece
una locura pero cuando planeo algo, pienso en si ese plan puede estropear esos
ratos con el Señor, si es así, me cuesta hacerlos.
Con las personas me pasa igual, ahora todo lo veo distinto.
Las conversaciones que me interesan han cambiado, las personas que me llenan
también. La actitud de las personas que me rodean también ha cambiado hacia
mí. Creo que me ven como una especie de bicho raro, tampoco me importa. Aunque como hoy notes que la gente murmura a tus espaldas por tu fe, te da igual, te sientes feliz. La razón es que
mi corazón se ha elevado al cielo, y ha cambiado mi orden de prioridades completamente,
así como las cosas que me importan o me afectan. Te tomas las cosas de otra
forma. Antes mis salidas de tono eran más frecuentes, denotando una falta total
de paz interior. Ahora como cristiana me enfado por supuesto y me decepciono,
pero soy consciente que debo de ser consecuente con mis actos. Tengo derecho a
enfadarme como todos, pero no a permanecer enfadada.
Solo me queda una cosa, rezar. Porque tengo claro que
no hay nada más maravilloso que experimentar el amor de Dios. Por eso voy a
rezar mucho, por todas aquellas personas que no lo conocen, y que les pasa como
a mí antes, no encuentran el sentido a sus vidas.
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