ROTA Y ENTERA

El Señor nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas tus fuerzas. Las palabras que digo quedarán en tu memoria, se las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas estando en casa y yendo de camino, acostado y levantado.







martes, 30 de octubre de 2012

El Granito de Mostaza

   Dice Jesús que con qué se comparará el Reino de los Cielos, y y dice dos ejemplos ínfimos e insignificantes, un grano de mostaza o a la levadura que mezclamos con la harina. Tengo que confesar que la segunda me fascina, me encantaría ser levadura en la tierra. Así son las buenas obras que contribuyen a agrandar el Reino de los Cielos, humildes, pequeñas y que apenas se perciben al los ojos humanos, porque se realizan para mayor gloria de Dios. 

   Estamos acostumbrado al mal y es llamativo y espectacular, se hace notar, aunque parece como la gaseosa que sube mucho para luego bajar, al final se queda en nada. La noticia más horrorosa sale en todos los medios, acapara la atención internacional, pero a los días, ya nadie habla de ello. Solo la gente afectada es la que lo recuerda de por vida. ¿Qué ocurre con el bien por el contrario? No sale en los grandes titulares de la prensa, sus protagonistas no están en la tele. Suele ser algo pequeño que pasa inadvertido pero que su acción se extiende y alcanza a todos. Es como esa levadura que no se distingue de la harina al mezclarla, pero sabemos que está, cuando el bizcocho crece en ese horno, y multiplica su volumen. No hace falta hacer grandes obras sino que son las pequeñas que solo el Padre ve, las que hacemos diariamente, las que más grandes son a sus ojos. 
   
   También contribuimos al Reino de los Cielos aceptando los acontecimientos de nuestra vida, porque al final, es voluntad del Señor, aunque solo a veces Él lo entienda. Aceptando las cruces y problemas diarios sin cuestionarlos, sin dejar que nos dominen, solo cargando con ellos a nuestra espalda, eso, también es un bien que pasa inadvertido a los demás, solo Dios, lo percibirá. La acción del Señor en nuestra alma y nuestras vidas es así, callada, silenciosa pero eficaz, solo aquellos que la han experimentado, saben de lo que hablo. Es como ese grano de mostaza que se convierte en un arbusto donde anidan los pájaros.

   Hoy le pido al Señor que mis acciones, mis esperanzas, mis pensamientos, es decir, que mi vida sea una alabanza a Él, y que sea capaz de contribuir , con pequeños sacrificios y ofrecimientos al Reino de los Cielos.

domingo, 28 de octubre de 2012

LA FE CURA

¿Te ha dejado indiferente el Evangelio? Es imposible, si lo lees detenidamente a todos nos dice algo. Ayer por la tarde lo descubrí en la Eucaristía. No lo había leído y tras llevar unos días revuelta y confesar antes de misa no estuve muy centrada en la Homilía. Hoy he puesto mis sentidos en él. ¿Quién no padece de alguna ceguera en su vida? Quizás al echarle un primer vistazo identificamos la idea general, y la ceguera más común que asola nuestra sociedad, la ceguera en la fe. Pero padecemos de tantas cegueras en muchos momentos y problemas de la vida. Algunas son  recurrentes.

Esta semana me he sentido al borde del camino pidiendo limosna. Es muy fácil decir que tengo fe, ir a la Iglesia y proclamar que "Creo en Dios", pero luego, a la hora de llevarla a la práctica en ciertos aspectos también me siento ciega, y necesito gritar al Señor "Ten compasión de mí" . Muchos me increpan para que me calle, lo hacen de formas diversas. Algunos me dicen que busque soluciones, otros, que tengo que resignarme que es lo que me ha tocado. Yo digo alto y claro, "No", ese no es el camino. El mirar con la mirada de la fe me abre los ojos al mundo, y veo la verdadera realidad. Lo que parece imposible se torna posible, "Los que sembraban con lágrimas cosechan entre cantares".
La FE es la fuerza que ha transformado mi vida, es aquella que me dice repetir una y otra vez en mis oraciones, "Señor, cura mi ceguera". Desde que un día mi confesor me dijo que esas heridas sangrantes del alma, que te han atormentado durante años curan, no paro de pedírselo a Dios. Es la oración de sanación. No es de débiles reconocer que somos ciegos y necesitamos de su ayuda. Él que te diga que te conformes, no lo escuches, no es lo fácil a lo que aspiramos los cristianos. Puedes ser Bartimeo, que tenia una fe ciega y creyó en que Jesús le curaría, o puedes ser Pedro, que creía en un Jesús glorioso pero sin cruz. 

Yo aspiro a lo primero, a creer en Jesús, a pedirle que sane mi ceguera sin renunciar a mis cruces, tampoco resignándome a sufrir. Quiero ver, plenamente, sin dejar de cerrar los ojos a la realidad, ni a la cruz. Aunque haya multitud de ciegos dispuestos a seguir siéndolo, yo quiero ver y seguir clamando al Señor. Tal vez un día en mi interior sienta esa voz que me dice "Vete, tu fe te ha salvado".

lunes, 22 de octubre de 2012

Guardaos de Toda Codicia

   El otro día en clase hablaban los niños sobre el dinero, cuando uno es joven todo en la vida lo reduce a dos cosas: el dinero y la belleza. Piensan que si tuvieran todo el dinero que desearan podrían comprar todo aquello que les gusta y serían plenamente felices: un móvil de última generación, un buen coche...¡Qué pena que nadie les haya hablado más de la felicidad! Les intentaba explicar que es cierto que necesitas dinero para vivir, pero que no debe de ser el centro de sus vidas, que hay gente que con poco es feliz, y gente que con mucho es desgraciada. Da igual lo que tengas, como dice San Pablo, "Si no tengo amor no soy nada"
  Al leer el Evangelio de hoy, me ha llamado poderosamente la atención en él, y es que el amor por el dinero no tiene que ver con la cantidad. Uno puede tener todo el dinero del mundo y ser la persona más generosa, o puede tener dos duros en el banco y estar totalmente subyugado a ellos. No creo que Jesús, se refiriera a la cantidad, sino a la codicia. El afán de poseer provoca la destrucción del hombre, porque le lleva a la avaricia y al amor a algo tan banal como el vil metal. Aquel que provoca y despierta los peores sentimientos en la personas. Y es algo que veo mucho, el tener te lleva a querer poseer más.
   Me da pena porque esa gente jamás llega a experimentar el verdadero amor, lo material se les interpondrá siempre. Dios nos ha dado un corazón muy grande  amar a muchas personas y sobre todo para poder amarle a Él. No debemos gastar nuestra capacidad de amar "amando" otras cosas, atesorando riquezas que al final de la vida no nos servirán de nada. La forma de agrandarlo es, amando a Dios que es amar a nuestro prójimo.

domingo, 21 de octubre de 2012

Los Misioneros de la Fe


   Hoy es un día muy significativo para la Iglesia, es el día del Domund, el día de la propagación de la fe. Esos grandes misioneros que en países distintos del mundo acercan a mucha gente al Padre. Gente casada y soltera que siguen la labor de Jesús en la tierra, continuando la estela de  los discípulos y demostrando que no basta una vida para dedicarla a Dios. A esas personas anónimas mi mas sentido reconocimiento, no todo el mundo es capaz de dejar todo por seguir a Cristo. Ya lo oíamos el domingo pasado: «Os aseguro que quien deje casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, recibirá ahora, en este tiempo, cien veces más casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones , y en la edad futura, vida eterna.»

   Estos son los grandes misioneros de la fe, para los que el Padre nos llama por otros caminos, es decir, no quiere que dejemos nuestras ocupaciones diarias por Él, pero si que quiere que vivamos en santidad cada día, para nosotros también es el mensaje, y también debemos saber que somos misioneros de la fe. Quizás no vayamos a países lejanos donde apenas el cristianismo no se conoce, y donde hay una dura labor evangelizadora; pero mirando a nuestro alrededor, familia, vecinos, compañeros de trabajo, allí también podemos contribuir a llevar a Cristo a esas personas.

   Muchas veces nos acomodamos en nuestro sitio, no queremos problemas y en muchas ocasiones callamos pensando que al decir abiertamente con la boca grande que CREES EN DIOS, nos puede hacer daño. Ayer me senté en una mesa de personas que eran como yo no hace mucho, no pisan una Iglesia,. Allí tuve que decirme entre callar o dejar que mi voz se oyera. Pero en mi cabeza resonaba en Evangelio de hoy: “¿Sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber, o de bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?”.Hablaban de lo que era normal o no, de lo que ellas pensaban que era la libertad de expresión y de acción. Es paradójico que la gente que más aboga por ella, sea la menos respetuosa con  los demás. Yo alce mi voz, e hice profesión de fe, expresando el gozo que sentía yendo todos los días a misa, y como ese momento, era el central de mi día, el más importante; que no me importaba lo que al gente pensara sobre mí, tenía muy claro el centro de mi vida. 

   Espero, que el Señor Dios, que me conoce por dentro y por fuera, me dé las fuerzas necesarias para seguir a Cristo. Espero que aquel que juzga los deseos e intenciones de mi corazón, me conceda la gracia de mantener y aumentar mi confesión de fe. Le pediré la luz necesaria para que mis actos hablen de Él y le rogaré un corazón puro y limpio para no perderme por sendas oscuras. 

jueves, 18 de octubre de 2012

IN - CULTURAS

- ¿Por qué lloras? 
- Me siento sola en este país, no tengo amigas. Ellas viven en otro pueblo y mi padre no me deja ir a verlas.
- ¿No sales por las tardes?
- No me dejan salir sola, siempre debo de ir acompañada por un familiar. Si me vieran con un chico...
- Y, dentro de unos años, ¿qué?
- Mi padre me casará con un hombre que vaya a mi casa y ofrezca algo por mí. Yo no elijo, da igual que me guste o que no, da igual si me enamoro de otro. Es el hombre con el que pasaré el resto de mi vida. Me gustaría ser como el resto de chicas de clase.

La siguiente pregunta era evidente: ¿Se puede ser feliz así? No me ha hecho falta hacerla. Aquellos ojos negros grandes y cristalinos me decían la respuesta y esas lágrimas que brotaban por sus mejillas lo confirmaban. Se han sentido escuchadas y por un momento, han sentido ese calor procedente del cariño que les tengo a todos los alumnos que pasan por mis aulas. Ellos me enseñan muchas cosas y a cambio se llevan una parte de mí y todo el amor que les suele faltar.

- ¿Vendrás algún día a nuestras casas a conocer a nuestras familias? ¡Tienes que venir, por favor!
- Cuando me digáis estaré encantada de ir a visitaros.
- Gracias, eres buena.


martes, 16 de octubre de 2012

¿Dónde buscas la Felicidad?

   ¿Cómo concibes la felicidad? Me he pasado toda mi vida con un concepto erróneo de la felicidad, y eso es malo créeme. Buscar la felicidad identificándola con alegría, a lo que pensaba que me llevaba la mayor parte de las cosas materiales o un estado de euforia en mi mente, me ha llevado a todo lo contrario, a ser infeliz.

   Se puede tener todo y ser el ser más infeliz de la tierra, se puede tener poco y ser una persona feliz. Se puede estar sola y sentirte acompañada, se puede estar rodeada de gente y sentirte en la más absoluta soledad. Se puede orar a solas y no concentrarse, se puede rezar en medio de la gente y estar en la más absoluta intimidad con Dios. ¿Qué quiero decir con esto? La mayor parte de la gente tenemos los conceptos básicos de la vida y de la felicidad cambiados. Uno que va a un bar con los amigos de cañas y se ríe, es un tío enrollado y feliz; el que va a misa a todos los días es un infeliz que no tiene amigos y que mata su tiempo allí. ¿Padres divorciados? lo normal. ¿Aborto? algo lógico. No es la Iglesia la que está crisis, sí los valores que sustentan a la sociedad.
   Antes reía mucho, salía, entraba, iba y venía pero no encontraba mi sitio, por dentro estaba muerta y era toda fachada. Aspiraba muchos días al ocaso, con la esperanza que el alba me trajera la felicidad. Ella pasaba a mi lado, estaba en mi corazón y me buscaba, solo que yo la ignoraba. ¿Cómo podía entender que la clave de todo residía en el AMOR? ¿Cómo podía entender que AMOR y CRUZ son sinónimos? Imposible no sentía ni comprendía que Jesús me ama.
   Ahora todo es distinto, cuando logras entender que llorar no es sinónimo de infelicidad aunque lo hagas por sufrimiento, porque la felicidad no depende de un estado de ánimo pasajero ni de lo bienes que poseemos, entonces la has encontrado. Mirar a tu interior y sentirte llena y completa por AMOR, ya solo eso te hace entender que eres feliz. Por eso no pierdas tu tiempo en huir de algo, o en buscar algo, piensa solo esto, ¿Dónde encuentras tu felicidad?

lunes, 15 de octubre de 2012

Los Lunes ¿Tranquilos?

   Acaba el día y estoy agotada, ¿Es maravilloso verdad? Es uno de esos días que no queda ni un minuto libre, que parece que en momentos me vaya a duplicar para dar a basto. Comienzo el día pensando, es un lunes tranquilo, y es lo que más me gusta, que el Señor no pierda la capacidad de sorprenderme. 

  La tranquilidad dura poco, después de un recreo movido me dirijo para cumplir con mis planes, terminar tareas pendientes de clase, ¡pobre incrédula! ¿Cuándo aprenderé que no soy dueña de mi vida, que nada me pertenece? Cuando voy por conserjería hay un chaval quejándose, me quedo con él e intento tranquilizarlo, está muy nervioso, se queja de que le duele mucho la espalda. Llamo a su madre e intento explicarle lo sucedido. Ella me pregunta ¿ha sido en una pelea? Entonces me extraño y me pregunto, ¿Por qué esa insistencia? Vuelvo con el chico, le miro a los ojos y no puede negarse a decirme la verdad, efectivamente ha sido una pelea. Es increíble lo que unos ojos pueden esconder, y lo transparente que te hacen a los demás, una mirada dice más que mil palabras seguidas.

   Sigo mi recorrido por el pasillo para llegar al departamento, cuando veo a otro alumno sentado en el pasillo. Podría haber pasado de largo haciendo como que no he visto nada, pero no es mi naturaleza. Paro y le pregunto qué hace allí en horas de clase, y como era de suponer, no ha entrado a clase. Le explico la importancia de su acto y de sus consecuencias, y lo acompaño a su clase, allí me doy cuenta por desgracia que muchos de mis alumnos han optado por no entrar e irse al parque. No puedo hacer como si nada, así que luego les toca bronca y charla. La hora libre para mis tareas se ha esfumado. A continuación dos horas seguidas explicando y entonando palabras en clase, la voz falla pero no paro de reírme, es sorprendente lo intuitivos que son los chicos, a pesar de las broncas y las múltiples tareas de mis clases siempre buscan mi afecto. Saben que estoy ahí por ellos y que todo lo hago por una razón.

   Podría seguir contando las tarde, esa que no me ha dejado ni un segundo libre. Eso sí, para Dios y para la oración siempre tengo un espacio del día reservado. Acabo el día con un dolor de piernas increíble pero con la gran satisfacción de haber por lo menos intentado hacer de mi vida un servicio y entrega a los demás. No se puede pedir más: risas, preocupación, dolor, alegría, lágrimas pero sobre todo un día lleno de amor, el que me da Jesús todos los días y el que intento reflejar torpemente a los demás. Buenas Noches Señor: En paz me acuesto y enseguida me duermo, porque solo Tú Señor me haces vivir tranquila.




miércoles, 3 de octubre de 2012

Amanece

   Son las 8.10 de la mañana, voy conduciendo por la carretera, suena una canción en la radio. Me encanta empezar el día con música, cuando pongo la radio y empiezan a contarme las noticias cambio sistemáticamente, me gusta comenzar alegrando mi corazón. De repente me quedo fijando mi mirada en el horizonte me doy cuenta como asoma el astro sol con todas sus fuerzas. Eso me recuerda algo, por muy malo que sea el día, solo dura 24 horas, y cada amanecer es una nueva oportunidad de demostrarle a Dios que hemos aprendido de los errores de ayer y que estamos preparados para vivir el hoy.

   Me dejo inundar por sus rayos, y pienso, Señor, ¿Qué me deparará el día de hoy?. Esta siendo una semana dura, en la que empecé con una noticia que me hizo sentir rota, y ha continuado con detalles que hacen que a mi corazón le cueste reponerse. A pesar de ello soy consciente de que Jesús me manda todas sus fuerzas. Cuando vivía alejada de Él, una semana como esta tan insoportable me hubiera hecho enloquecer. Llego a clase, hay dos niñas muy alteradas que hablan a la vez y no las entiendo. Les suplico que se tranquilicen y me cuenten su problema, al oírlo siento una pena muy grande. La razón es, que no puedo hacer nada para ayudarlas, y el daño que se les ha causado es irreparable. Pienso en cada momento, "Señor, si Tú lo quieres habrá una razón más allá que yo no puedo ver y que se escapa a mi percepción".

   Al final de día me espera lo mejor, encontrarme con Cristo, aunque en días como hoy esté ausente y casi no me entere por los pensamientos que inundan mi mente, le pido al Señor perdón y fuerzas. Sé que está ahí, soy yo la que ando desequilibrada. Termino con una oración de sanación por mí y petición por aquellos que me preocupan y que desgraciadamente no está en mi mano ayudarles. Al Padre los encomiendo, Él mejor que nadie sabe el porqué de las cosas, ¿Quién soy yo para cuestionarlas?

martes, 2 de octubre de 2012


   Hay cosas que parece que las olvidé hace mucho tiempo y de repente, un día como hoy vuelven a mi memoria, y no por casualidad.  Hoy es el día de nuestros ángeles de la guarda. Yo nunca me acuerdo de pedirle nada. Es algo que oía mucho de niña, pero que lo aparqué en un parte de mi mente pensando que era algo de la infancia que te dicen para que te duermas tranquilo. Pero jamás pensé en su verdadero significado, un regalo del mismo Dios, que ha querido hacernos partícipes, ya en la tierra, de la compañía de una criatura celeste que nos recuerda al rostro del Padre que tanto anhelamos contemplar.

   Hoy no paro de pensar en él, en mi ángel de la guarda. Tras la oración de esta mañana le digo, una y otra vez: Ángel Custodio me encomiendo a ti, ilumíname, guárdame, rígeme y gobiérname en este día.  Ayer una  herida se abrió y está más sangrante que nunca. Debo darle gracias a Dios porque me concede la posibilidad de acercarme aunque sea de lejos al sufrimiento  de Cristo,  que nos amó y  se entregó por nosotros. Cuando recibes una noticia así sientes un dolor intenso en el corazón, como si se rompiera en mil pedazos, pero entonces me doy cuenta que mi corazón es inmensamente grande y  está lleno del amor de Dios. ¿Cómo se va a romper? Podrá ser ultrajado o pisoteado pero nunca perecerá, porque pertenece a Cristo, Él es dueño de mi alma y mi corazón.

   Necesito muchas fuerzas estos días, pero sé donde las encuentro, en la Sagrada Eucaristía, en el cuerpo y sangre de Cristo. Las refuerzo en la oración, motor de mi día a día. Todo a mí alrededor se tambalea, y siento el demonio cerca acechando pensando que en estas horas bajas podrá conmigo, ¡Pobre Diablo ignorante!, nada ni nadie me hará dejar de pensar que cada sufrimiento tiene una causalidad divina y un acercamiento a Jesús. Tampoco sabe que mi Fe esta construida sobre roca firme, y que jamás dejaré que siembre la duda en mi ser.