ROTA Y ENTERA

El Señor nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas tus fuerzas. Las palabras que digo quedarán en tu memoria, se las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas estando en casa y yendo de camino, acostado y levantado.







jueves, 18 de octubre de 2012

IN - CULTURAS

- ¿Por qué lloras? 
- Me siento sola en este país, no tengo amigas. Ellas viven en otro pueblo y mi padre no me deja ir a verlas.
- ¿No sales por las tardes?
- No me dejan salir sola, siempre debo de ir acompañada por un familiar. Si me vieran con un chico...
- Y, dentro de unos años, ¿qué?
- Mi padre me casará con un hombre que vaya a mi casa y ofrezca algo por mí. Yo no elijo, da igual que me guste o que no, da igual si me enamoro de otro. Es el hombre con el que pasaré el resto de mi vida. Me gustaría ser como el resto de chicas de clase.

La siguiente pregunta era evidente: ¿Se puede ser feliz así? No me ha hecho falta hacerla. Aquellos ojos negros grandes y cristalinos me decían la respuesta y esas lágrimas que brotaban por sus mejillas lo confirmaban. Se han sentido escuchadas y por un momento, han sentido ese calor procedente del cariño que les tengo a todos los alumnos que pasan por mis aulas. Ellos me enseñan muchas cosas y a cambio se llevan una parte de mí y todo el amor que les suele faltar.

- ¿Vendrás algún día a nuestras casas a conocer a nuestras familias? ¡Tienes que venir, por favor!
- Cuando me digáis estaré encantada de ir a visitaros.
- Gracias, eres buena.


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