ROTA Y ENTERA

El Señor nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas tus fuerzas. Las palabras que digo quedarán en tu memoria, se las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas estando en casa y yendo de camino, acostado y levantado.







martes, 22 de enero de 2013

NormaS y VidA

«El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado; así que el Hijo del hombre es señor también del sábado.»

   Tengo una niña con un cuadro de ansiedad propio de una persona adulta, una alumna marroquí que probablemente le hayan buscado marido, otra que lloraba porque su tío quería suicidarse, otro alumno que su madre ni se molesta por venir por el centro ni llamar a pesar de que habrá visto como  veinte llamadas en su teléfono o una carta certificada que le avisa que debe ponerse en contacto con el centro...Me preguntó ¿se hicieron las normas del instituto para los alumnos sin importar sus circunstancias? Este año es complicado en el aula. Muchos son  los problemas y pocos las alegrías que se viven. A pesar de ello no hay día que no me arranquen una sonrisa e incluso carcajadas como hoy. No puedo dejar de quererlos y compartir con ellos su dolor. Sus problemas se convierten en míos, sus angustias son mías y sus alegrías también. Me esperan en la puerta deseando verme y contarme todo lo que les pasa. A veces tengo respuesta para lo que me preguntan, otras solo puedo decirles que todo pasará, otras escucharles y abrazarles.
   Es una pena pero el denominador común sigue siendo algo, familias desestructuradas y padres que hace mucho tiempo dejaron que sus hijos fueran el centro de sus vidas para que ellos mismo y sus problemas monopolizaran el día a día. No puedo aplicar las normas a esos alumnos, no son un número de expediente, se han convertido en parte de mi vida. Supongo que es normal que piensen los compañeros que los malcrío o que me excedo en mis funciones. No sabéis como agradecen los niños cualquier gesto que haces por ellos. Aún me sorprenden cuando algún padre me dice que son desagradecidos, quizás lleve razón, porque al final aunque se pasen el día pidiendo cosas, no las saben agradecer, porque no les hace felices. Desean ser queridos, escuchados e incluso reñidos. Quieren a sus padres. 

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