Hoy he recibido un sms de una alumna, me decía: "Feliz Año, ¿Cómo te lo estás pasando?" Antes de poder decirle que prefiero verlos a ellos todos los días y que soy un bicho raro de esos que prefieren trabajar que los días de fiesta, ella me ha contestado: "Echo de menos estar en clase, tengo ganas de volver". Eso me ha hecho darme cuenta que hasta los más jóvenes se cansan de todo, ellos desean las vacaciones desde mucho antes que vayan a llegar, pero también son conscientes muchos de ellos que la rutina no está nada mal. A mí me pasa lo contrario desde la semana que sé que me dan las vacaciones no paro de pensar que deseo que pasen pronto para volver a mi día a día. No entiendo por qué estos días debes salir y pasarlo bien obligadamente, nunca lo he entendido, y la única contestación que recibo por parte de la gente, es "porque es Nochevieja" y yo me pregunto "y ¿qué?".
Desde ayer he sentido que esa sensación de tinieblas embargaba mi vida, ayer era incapaz de hacer nada, me sentía perdida, le decía al Señor: "Perdóname pero no consigo ver tu Luz, sé que no la has apartado de mí, soy yo la que ha levantado un muro que impide verla" Esta mañana en laudes me decía el Señor: "Ven a la luz" He seguido un rato en zozobra pero cuando mi corazón ha hecho como María y se ha guardado las cosas para meditarla me he dado cuenta que estaba la luz y que detrás estaba Él. La verdad es que tengo suerte el Señor me mandó un Cirineo que jamás se rinde, el me recuerda que el amor sin dolor no es amor y que las guerras se pueden ganar aunque una batalla la pierdas.
Todo esto me ha hecho pensar algo, ¿No estoy mejor que hace un año? He ahí la mano de Dios, silenciosa pero efectiva, que el diablo no te haga dudar como a mí hoy.
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