ROTA Y ENTERA

El Señor nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas tus fuerzas. Las palabras que digo quedarán en tu memoria, se las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas estando en casa y yendo de camino, acostado y levantado.







miércoles, 4 de julio de 2012

Despertar Celestial

  Esta mañana he pasado a la capilla del Convento, estaba en tinieblas, solo la luz del Sagrario dejaba vislumbrar lo más importante que hay en ese santo lugar, Jesús presente para recordarnos que jamás nos abandona. Sentía como palpitaba su corazón agradecido, mientras yo, sin palabras no podia decir más que "Bendito seas Señor". Es maravilloso el poder que emana. Allí frente a Él, le cubría de alabanzas que salían de mi corazón, de gracias por señalarme un día con el dedo e invitarme a seguirle y de miles de perdones porque es cierto que no soy digna de tanto que me ha dado.

   Allí rezando laudes, pensaba en lo bonita que es la vida al lado de Cristo, de como mi vida ha cambiado porque he dejado que Cristo expulsara todos esos demonios que me atormentaban. Y es que muchas veces nos acostumbramos a vivir con el mal, dando por hecho que es lo normal o porque quizás el sacrificio y la valentía de cambiar nos cuesta más que el permanecer en la rutina. Me llamaba la atención la expresión de Jesús en “la otra orilla”. Un cementerio, unos endemoniados, unas gentes atemorizadas... Nadie nos libramos del mal que asola nuestra humanidad ya que el mundo está enfermo. Creo que la malicia no se encuentra en cosas o en lugares concretos, sino en el corazón de las personas. Personas que no han dejado que Dios entre en sus corazones y por tanto no distinguen el bien del mal, para ellos todo vale, es más disfrutan haciendo sufrir a la gente. No es aquí donde ellos rendirán cuentas, ni es aquí donde serán juzgados.

   El silencio se rompía de vez en cuando por el ruido del disparador de una cámara de fotos de un turista. Deambula por allí de un lado a otro. Ha habido un momento que se ha puesto a fotografiar el Sagrario, ¿sería consciente de la importancia de lo que contiene? De repente las luces se han encendido, las monjas desde el otro lado de esas rejas se ponían a rezar. ¡Qué sonido más celestial! Cualquiera que las viera diría que vida más triste, detrás de esas rejas, pero para mí, el verlas, supone observar la plenitud de la entrega y la libertad, pues solo viven para el Señor, ¿es eso esclavitud?

   Rogaré a Jesús, para que me de un corazón libre y siempre dispuesto a amar. Que sepa sacudirme de todo prejuicio, de todo error y egoísmo que me mantiene esclavizada, detenida en mi misma. Que mi Padre Santo saque lo mejor de mí como un don a los demás, en cada instante de mi vida. 

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