"Si vosotros, pues, que sois malos sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuanto más vuestro Padre Celestial...?"
Ojalá fuésemos como niños y supiéramos hablar con el Padre como los niños hablan con sus padres y piden sin cansarse aunque sepan que lo que piden es prácticamente imposible, nunca pierden la fe. Los oigo muchas veces, yo quiero una moto, y no paro de pedírsela a mi padre, al final seguro que por cansina me la compra. Hoy al leer el Evangelio, con esa frase tan preciosa que dice "Pedid y se os dará", y me acordaba de como el ser humano cuando crecemos perdemos la esperanza, y dejamos de creer que no hay nada imposible, nos levantamos muros enormes que en realidad no existen pero que nos cuesta saltar. Luego miro a la juventud, para ellos nada es imposible y jamás desisten en el empeño cuando realmente desean algo.
Es cierto que debemos ser como niños para encontrarnos con el Señor, para no cansarnos de pedirle y desnudar nuestra alma, así lo voy a hacer yo en unos momentos, Eucaristía y Exposición, la mejor manera de acabar la tarde, cuando la noche está apunto de llegar y las tinieblas nos envuelven. Encomendaré al Señor mi corazón para que lo sane y purifique pero además porque en él residen también todas las personas que quiero, a ellas también las dejo en brazos del Señor al caer la tarde.
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