Esta mañana he compartido la Eucaristía del Pilar con tres angelitos que con los ojos muy abiertos miraban fijamente cada cosa que ocurría antes y durante la misa. El sacerdote se ha puesto a confesar antes de misa, y una de las niñas me pregunta mirándome muy seria y con esos grandes ojos negros:
- ¿Por qué esas mujeres están ahí hablando con el cura?- su mirada denotaba una gran seriedad en la pregunta.
- Están confesando, ¿sabes lo que es?- Ella muy seria me dice que no tenía ni idea de lo que era eso. Entonces yo le he explicado de una forma muy sencilla que es lo que era la confesión, y como cuando hacíamos algo malo era el sacerdote en nombre de Jesús el que nos daba el perdón cuando le contábamos las cosas malas que habíamos hecho.
No paraban de mirarme cada gesto que hacía, cuando me levantaba y me sentaba ellas lo hacían conmigo, y cuando contestaba al sacerdote me miraban muy extrañadas. En el Padrenuestro nos hemos dado la mano, y después de ir yo a comulgar me he arrodillado cuando el Señor era depositado en el Sagrario, ellas inmediatamente me han imitado poniéndose de rodillas. Entonces les he preguntado:
- ¿Sabéis quién vive ahí?- Dos de ellas me han contestado - Jesússsss - y la tercera niña ha replicado - Es que ellas llevan un año más en catequesis, yo he empezado este año- Entonces le he dicho yo - Pues ahora ya sabes donde se encuentra Jesús y donde puedes visitarlo.
Al acabar la misa hemos ido a por una chuchería a la sacristía y le ha dicho al sacerdote donde vivía Jesús.
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