"Estoy bien" Decía una vocecita a través del teléfono sin haberle preguntado..."excusatio no petita...acusatio manifiesta"... ¿Por qué nos cuesta tanto admitir que a veces las cosas no son como queremos? ¿Por qué no cuesta admitir que a pesar de ser felices existen pesados lastres que nos cuesta soportar? Quizás nos cuesta porque eso nos parece que nos hace más débiles o más infelices, y claro eso no es algo que nos guste admitir. Yo cada vez me siento mas insignificante en su presencia, más débil y menos digna de Él, aunque entiendo que en su misericordia me acoge en sus brazos, ¡qué padre no lo haría!. Últimamente le pido ser un Sagrario digno para recibirle convirtiéndome en un corazón puro, aunque también le pido que me haga ver a las personas no como juez sino como hermano, porque a veces las antipatías pesan más que otras cosas. Hoy también le he dejado dos peticiones en la Exposición muy especiales, a un enfermo y a su familia que necesitan mucha fuerza en estos momentos, y a esa persona que me decía hoy que estaba muy bien, porque sé que su talón de aquiles a veces le hace inquietarse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario