ROTA Y ENTERA

El Señor nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas tus fuerzas. Las palabras que digo quedarán en tu memoria, se las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas estando en casa y yendo de camino, acostado y levantado.







martes, 20 de marzo de 2012

Habrá vida donde llegue la corriente...

  El AGUA es necesaria para la vida, las primeras civilizaciones de la historia surgieron en torno a los ríos, ha sido símbolo de vida, puesto que aportaba lo necesario para el desarrollo de la humanidad. JESÚS, que ha sido el auténtico MAESTRO de la historia, sabía la importancia de este elemento, sobre todo en estas sociedades basadas en la agricultura y ganadería, así que ha utilizado en multitud de ocasiones este bien básico para realizar comparaciones con la vida espiritual de las personas, haciendo que así que comprendieran lo que quería trasmitirles.

   El alma de las personas es como un terreno de cultivo, necesita de los cuidados para que pueda dar su cosecha, pero además de cuidarlo, necesita ser regado. Tú puedes cultivar el cuerpo, la mente y el alma de muchas formas. La que me importa que es el alma, la cultivamos de muchas maneras, pero sobre todo, mediante la ORACIÓN y la EUCARISTÍA. Pero no basta solo con eso, es decir, tú puedes orar sin orar, puedes asistir a la Eucaristía sin asistir. ¿Cuál es la clave? Para mí esta claro, dejar que el poder vivificante de Dios penetre en nuestra alma como si fuera un torrente, y para eso debemos poner de nuestra parte, de lo contrario, corremos peligro de que la sequía también se apodere de nuestro ser convirtiéndonos en estériles espiritualmente.

   No podemos esperar que todo lo haga el Señor, debemos abrir nuestro corazón para que el agua circule libremente, nos sane y haga brotar buenos frutos del interior

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