ROTA Y ENTERA

El Señor nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas tus fuerzas. Las palabras que digo quedarán en tu memoria, se las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas estando en casa y yendo de camino, acostado y levantado.







jueves, 15 de marzo de 2012

¿Valoramos la EUCARÍSTIA?


   Cada parte de la Eucaristía tiene un significado especial, ¿somos realmente conscientes de la importancia de sus componentes?, o por el contrario, ¿nos limitamos a levantarnos, sentarnos y arrodillarnos, contestando al sacerdote de manera rutinaria? No hay cosa peor para un cristiano que caer en la monotonía y en la rutina, el ir a misa porque debes hacerlo, no porque te sientes llamado a ir.
En los ejercicios espirituales, el Padre Ángel nos contagió su pasión, y nos enseñó con sus palabras a amar cada parte de la celebración dándoles un significado que hasta ahora, se escapaba a nuestra percepción. Os voy a intentar acercar un poco esas conclusiones que yo extraje de sus meditaciones.
   El PERDÓN pedido al principio de la celebración, no es solo una forma de apelar a la paz de la conciencia, sino también de reconciliarse con el Señor para que el amor de Dios penetre en nuestro corazón y nuestro interior sea, un espacio de mayor adoración. Por su parte,  la PALABRA escuchada, acogida y obedecida nos eleva a la dignidad de Dios, y es una fuente de revelación para nuestra vida diaria, en ella encontramos las soluciones a todos nuestros conflictos diarios y el aliento del Señor, que nos ayuda a través de ella. La ORACIÓN es otra parte importantísima, en la que debemos ser conscientes que la oración litúrgica y la personal se complementan, y ambas son fundamentales, la primera nos une a toda la comunidad eclesial y al Señor, la segunda nos hace que entremos en un diálogo íntimo con Él; El tener presente a los demás en nuestras oraciones, es una de las formas más desinteresadas de amar.
   La parte de la COMUNIÓN, tiene un significado más profundo del que pensamos, nos convertimos en cuerpo de Cristo, es decir, somos lo que recibimos, y además, esa comunión que hacemos todos los cristianos de un único cuerpo nos convierten en verdadera IGLESIA, ya que nos une.
   Si sabemos valorar al EUCARÍSTIA como parte fundamental de nuestra cristiandad y forma de unirnos a la comunidad eclesial y a Dios, habremos comprendido una parte fundamental de nuestra fe. Como dijo Benedicto XVI:

 "Todos los que se alimentan con el cuerpo y la sangre de Cristo en la Eucaristía están congregados en la unidad por el Espíritu Santo para formar el único pueblo santo de Dios"



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