El otro día fue el cumpleaños del novio de una alumna, y al preguntarle, ¿qué le vas a regalar?, ella me responde, una Blackberry blanca y un chandal de Adidas, es que le quiero mucho; al leer el Evangelio de hoy pensaba en ella, ¿Cómo calculamos lo que nos quieren las personas de nuestra vida? Vivimos en una sociedad tan materialista que somos capaces de medir el amor por el dinero también, ¿Qué pena no?
El Señor fue capaz de demostrarnos su amor sin necesidad de Corte Inglés, no existía el día del Padre, ni de la Madre , en cambio envío lo que más quería, su hijo, a que muriera en la cruz por nosotros, para salvarnos, Cristo por amor aceptó la voluntad del Padre, y se sacrificó, ¿hay mejor regalo que ese?
Me gusta mi nueva percepción de vida, valoro cada pequeño detalle como regalo divino, los mejores regalos de la vida no van envueltos ni en caja, no se pagan con mastercard. Ahora que se acerca mi cumple y la gente que me quiere me pregunta que quiero que me regalen no se que decir, ya se me ha hecho el mejor regalo de mi vida, sentir al Señor en mi corazón.
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