El cambio radical de mi vida, no ha ocurrido solo porque ahora voy a misa y antes no. Hay veces que uno va a misa todos los días como una costumbre, lo mismo que comer o dormir. No tiene ningún significado. A mi me ha ocurrido algo muy extraño. El Señor ha inundado todas las facetas de mi vida, me he quedado tan enganchada a Él, que el día que no puedo ir a misa, ese día no me ha merecido la pena levantarme.
Antes pasaba muchas veces por la puerta de la Iglesia , a veces entraba, otras pensaba ir pero siempre había algo que me echaba atrás. Creía que Dios estaba conmigo si me ocurrían cosas buenas, cuando empezaron los problemas me pasó como a muchos católicos, pensé que Dios se había olvidado de mí. Era como si la acción del Padre fuera el mantenerme sana y con acontecimientos buenos. Cuando me puse mala y más tarde vinieron otros problemas empecé a pensar que Dios se había marchado, que no se acordaba de mí, y en momentos de desesperación lo llegué a ver hasta cruel. Pero jamás llegué a desvincularme de Él, siempre había algo que me hacía volver a casa del Padre. Aunque intentara revelarme algo dentro de mí me llamaba a regresar.
Un día, quizás ya al borde de la desesperación volví a misa, quizás de forma egoísta y pensando que allí encontraría consuelo o que el Señor me ayudaría a resolver todo aquello que me atormentaba. Es verdad, fue así, pero no como yo imaginaba. No encontré una solución a mis problemas, lo que Dios me enseñó es que sufrir, es algo que es maravilloso si sabes que ese sufrimiento puede ayudar a otra gente. Cuando el Espíritu Santo inundó mi ser, me di cuenta que la vida terrenal es solo pasajera, por tanto también el sufrimiento, y que solo por estar con el Padre en la verdadera vida merece la pena cualquier tribulación con la que nos encontremos.
Ahora hay días muy malos, y a veces en la Eucaristía estoy ausente, pero incluso en esos días necesito acercarme al Gran Banquete, y participar de su cuerpo y sangre. Allí soy consciente, que para alguien fui tan importante como para dar su vida por mí.
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