Dice Jesús: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí". La cuestión es ésta, si no conoces a Jesús entonces no conoces al Padre. Mi siguiente pregunta es: ¿Conocemos a Jesús? ¿Dónde lo buscamos?
Para mí conocer a Jesús significa seguir su Palabra y cumplir sus mandatos. He hablado muchas veces de la necesidad de Oración para conocerle, y como ella nos hace entrar en intimidad con Él. El siguiente paso es buscarle allí donde se quedó para que pudiéramos tomar su cuerpo y su sangre, y así nos dejó la posibilidad de participar de la salvación. Pero además de ahí, lo vemos todos los días a todas horas, en cada persona y en cada lugar. En es esa pequeña gota de rocío que cae de las hojas. En los rayos de sol que entran por la ventana. En el murmullo de las hojas que el viento mueve.
Yo personalmente lo veo cada día y a todas horas en mi trabajo. Hoy en un niño, que no me miraba a los ojos por vergüenza y me contaba como una chica le hacía sufrir. En el niño hiperactivo que se acercaba cada 5 segundos a mi mesa para que le ayudara en el examen. Estoy convencida que al lado que alguien que sufre por cualquier circunstancia, está Él, ayudando a llevar su cruz. Y cuando les ayudas y compartes con la persona el sufrimiento, ayudas a Jesús a llevar su cruz, que al fin y al cabo es la nuestra.
Si alguien le preguntara porqué Él es EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA , Jesús le contestaría: Yo soy es el camino que lleva al Padre, la verdad de todo lo que él es, y la vida que alcanzaréis cuando participéis de mi muerte y resurrección.
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