ROTA Y ENTERA

El Señor nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas tus fuerzas. Las palabras que digo quedarán en tu memoria, se las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas estando en casa y yendo de camino, acostado y levantado.







lunes, 18 de febrero de 2013

Desátate las Sandalias

   Ayer disfruté muchísimo en el retiro. Desde hace tiempo, en los peores momentos, he sentido esa luz que me hacía falta. Ayer era un día de esos que necesitaba de la presencia de Jesús Sacramentado, siempre me transmite esa fuerza que nada más Él me hace sentir. Comentamos el libro del Éxodo. Cuando Moisés se encuentra ante la zarza ardiendo. El sacerdote nos descubrió un sentido nuevo a esa lectura, y como, en ella, podemos ver la conversión de Moisés.

    Hizo mucho hincapié en cuando le dice Dios a Moisés: "quita las sandalias de tus pies, porque el lugar donde estás parado es tierra santa". ¿Qué es aquello que me impide descalzarme y acercarme a la zarza?¿O qué son esas sandalias que no puedo desatar y que me alejan de Dios? Nos da pánico mirar a nuestro interior es allí donde reside los mayores obstáculos que nos alejan de Él. No debemos tampoco ser intransigentes con nosotros mismos, sino ahora, en este tiempo propicio de conversión, nutrirnos de la Palabra de Dios y de la oración para poder avanzar en el camino. Todos los sacrificios cuaresmales están muy bien. Pero debemos plantearnos, ¿por qué los hacemos? Si un sacrificio no abre tu alma a Dios, déjalo, pierdes el tiempo.
   Debemos buscar nuestro desierto diario, ese pequeño encuentro con Dios, donde hallemos soledad y el silencio para oír lo que nos tiene que decir el Padre. No voy a pensar tanto en esos sacrificios y lo mucho que me cuesta hacerlos, sino en que me lleven a una verdadera conversión con el Señor y para el Señor, para que mi corazón lleno de Él pueda desparramar ese amor a los demás.

1 comentario:

  1. "Debemos buscar nuestro desierto diario, ese pequeño encuentro con Dios, donde hallemos soledad y el silencio para oír lo que nos tiene que decir el Padre".

    En estos tiempos de jolgorio interminable donde la fiesta parece no acabar nuca, ruidos infernales que nos tienta y nos desnorta en nuestro camino y rechinares de dientes es complicado encontrar ese desierto de paz pero no imposible.

    Me produce mucha calma lo que escribes. Si me permites decirlo, sigue así, vas por el buen camino.

    Un abrazo

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