ROTA Y ENTERA

El Señor nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas tus fuerzas. Las palabras que digo quedarán en tu memoria, se las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas estando en casa y yendo de camino, acostado y levantado.







viernes, 15 de febrero de 2013

No te cierres

   Meditaba la lectura del hoy. Es contundente. Hoy me daba cuenta de algo, nos predisponemos a la cuaresma, exteriormente. Donde vivo yo, da igual que vayas a misa que no vayas, los viernes no se come carne. Antes cuando vivía en la ciudad y lo guardaba porque mi madre así me lo decía, era la única de mis compañeras en el instituto y en la universidad que lo hacía. Además me acuerdo que le decía a mi madre, ¿qué sentido tiene que no coma carne si no quiero pisar la Iglesia? y ella me contestaba que lo mismo me daba comer carne que pescado. He tenido una gran madre, no me ha obligado a ir a misa, pero me ha educado de acuerdo con la Palabra de Dios, ahora entiendo muchas cosas que antes me preguntaba. Pensaba, ¿por qué mi madre no me dice lo mismo que todas las madres? la respuesta es que mi madre es cristiana de las de hecho no de las de boca.

   Hoy pensaba en esa frase de la lectura de Isaías: no te cierres a tu propia carne. Creo que este es un gran propósito para mí, que he tendido a aislarme donde vivo después de sentirme desprotegida. Ahora, que  pertenezco a una gran familia me doy cuenta de algo, voy por la calle y la gente me saluda, algunas casi ni sé de que las conozco, soy muy despistada, ya sabéis herencias de ciudad, donde te acostumbras a vivir a tu aire. Alguien me hizo ver que un saludo o una pequeña conversación puede alegrar el corazón de la persona que se dirige a ti, sean cuales sean sus motivos. A Cristo se le acercó mucha gente por el interés de que les curara, pero a Él le daba igual, a todos atendía, y todos marchaban curados porque al final lo único que cuenta es el amor que tú puedas dar y no el que vayas a recibir. 

   Ya sabéis, durante estos días no paro de repetir: Señor quiero mirar con los ojos que tú miras...

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