En estos días no faltan esos consejos cuaresmales y lecturas de la Biblia que nos hablan de la limosna o la caridad. ¿Qué es para cada uno la caridad? ¿Qué se supone dar limosna? Siempre pensamos en las personas que les falta para comer o los mendigos que deambulan por esas calles. Hoy me he acordado especialmente de ellos. Estaba en casa pensando lo bien que se estaba en el calor del hogar, y de repente, en mi mente, han aparecido esas personas que pasarán esta noche tan fría, con previsión de nieve, en la calle. He rezado un Ave María y los he encomendado a la Virgen, pensando en esa madre que siempre da calor a sus hijos.
Bueno, pues además de esas personas con necesidades materiales, que por supuesto hay que ayudar, existen otras necesitadas de tu tiempo. Y pensemos en eso, porque a veces nos es más cómodo dar una moneda o un billete, que escuchar o acompañar. Mira a tu alrededor, quizás un compañero de trabajo necesita ser escuchado, o un familiar que lo acompañes a un médico, o una persona mayor necesita compañía. Hay tanta gente falta de amor y cariño. Ya sabéis lo que dijo Jesús: Cada vez que le hicisteis son el más pequeño de mis hermanos, conmigo lo hicisteis.
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