ROTA Y ENTERA

El Señor nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas tus fuerzas. Las palabras que digo quedarán en tu memoria, se las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas estando en casa y yendo de camino, acostado y levantado.







domingo, 29 de abril de 2012

El Buen Pastor

Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas...

Jesús es el Buen Pastor que se queda con las ovejas atemorizadas cuando se encuentran en peligro y el que vela por ellas para que nada les pase. Planta cara para protegerlas, y da su vida por ellas.  La muerte de Jesús en la cruz tiene mucha importancia para nosotros. Jesús no murió porque le arrebatasen la vida, sino porque él la ofreció por amor.

La Iglesia es el redil de Cristo. Fue la misión que le mandó su padre. Luego Cristo dejó a  pastores humanos para gobernar las ovejas, sin embargo es Jesús mismo el que sin cesar las guía y alimenta. Él, el es Buen Pastor  que dio su vida por las ovejas.

Jesús expresa otra inquietud: “Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a esas las tengo que traer y escucharán mi voz y habrá un solo rebaño y un solo pastor”. Difícil tarea, porque esas ovejas no quieren escuchar.  La figura del pastor denota obediencia y seguimiento. Y esto no gusta nada al ciudadano actual, aunque luego, en la vida diaria, seamos esclavos de otras muchas cosas.

   Es curioso, y lo digo por experiencia propia como, al contrario de lo que piensa la gente, lo que parece esclavitud es libertad, y lo que parece que es libertad es esclavitud. El convertirme en parte de la manada a pesar de parecer todo lo contrario, no me resta personalidad, sino que me descubre lo que soy y adonde voy. Ahora se mi dirección, tengo al Pastor de Pastores que me guía.

Él es el camino, la verdad y la vida.

viernes, 27 de abril de 2012

Soy Jesús

   Leyendo hoy la historia de la conversión de San Pablo, han pasado muchas cosas por mi mente. Da igual las veces que la haya leído, y da igual las veces que la leeré. Normalmente los llamamientos del Señor son mucho más sencillos, menos espectaculares. No suelen llegar en medio del huracán y la tormenta, sino en los acontecimientos ordinarios de la vida. Todos tenemos nuestro camino de Damasco y nuestro Ananías que nos impone las manos. A cada uno nos acecha el Señor en el recodo más inesperado del camino.
   Los caminos del Señor son inescrutables y en cuanto menos te lo esperas te acaricia el alma y caes rendido a sus pies. El caso de San Pablo se asemeja al de otros conversos que no conocíamos a Dios y de repente un día nos encontramos con Él. Al ocurrir esto nos convertimos en unos enamorados de Cristo.    Al caerse las escamas de nuestros ojos contemplamos y vivimos la experiencia más grande, profunda y decisiva de nuestra vida. Una experiencia de gozo, de amor y de libertad: descubrir a Dios, nuestro Padre.
   Sentimos la necesidad de proclamar la verdad de la vida, nos encantaría evangelizar por donde vamos. Convertimos a Cristo en el centro de nuestra existencia. Todo pasa por Él y todo termina en Él. Nuestra identidad pasa a caracterizarse por el encuentro, la comunión con Cristo y su Palabra. El cambio es tan radical que la gente de alrededor se extraña y habla. ¿Cómo se quedaría la gente de la época cuando Saulo pasó de perseguir a los cristianos a proclamar la Palabra de Dios?
   Me quedo con esta frase que me cautiva, una de tantas que nos dejó San Pablo:
                      "ya no soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mi"

jueves, 26 de abril de 2012

Iluminar Vidas

   Que el Señor nos llame luz del mundo es un gozo para cualquier creyente porque antes de eso ya dijo: “yo soy la luz mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”Juan 8:12
   Cuando ahora dice: "Vosotros sois la luz del mundo" nos declara herederos de su LUZ y nos viene a decir que si le seguimos y salimos de la oscuridad seremos nosotros también la luz que ilumine el mundo. Nos transmite la gran responsabilidad que tenemos como seguidores de Cristo. Somos aquellos que debemos iluminar al resto, tenemos una gran misión. Todo creyente tiene que saber que cuando Jesús entra en nuestro corazón, llena de luz nuestras vidas, con el propósito de que la reflejemos en otros.
   Para ello la mejor forma de hacerlo es mediante nuestra obras, ya se sabe la fe sin obras está muerta. Esas obras las debemos hacer para mayor gloria de Dios. Una obra misericordiosa realizada a un hermano es una manifestación exterior de nuestra luz interior que proviene de Dios. Por el contrario, una obra impiadosa, un acto inhumano, refleja que en ese corazón sólo hay tinieblas y oscuridad, y ausencia de la luz de Cristo.

   Igual que una planta necesita la luz del sol para vivir, yo necesito la luz divina que proviene de Cristo. Sin embargo, cuando estaba en las tinieblas pensaba: “No tengo necesidad de Dios para vivir” o  "No tengo necesidad de la Misa del Domingo para vivir, no tengo necesidad de Cristo Eucaristía para vivir", sin saber que así me apartaba de la Fuente Inagotable de Vida y de Amor que solo Dios me da.
   Hasta que alguien no me acercó a través de su luz a la luz de Cristo, no comprendí donde radicaba la raíz de mi desdicha y no empecé a vivir. Ahora me gustaría ayudar a otras personas que se encuentran como estaba yo no hace mucho.  Lo primero es descubrirles las tinieblas, para después mostrar con una forma de vida diferente que solamente con Cristo se alcanza la felicidad.

martes, 24 de abril de 2012

Hablar con Dios

 
Hasta que alguien no me descubrió los grandes beneficios de la oración no me había dado cuenta de su importancia. Pensaba que rezar era pedirle a Dios aquello que necesitábamos. Cuando estaba alejada de Él, alguna vez me acostaba y rezaba un Padre Nuestro o un Ave María, pero como si lo hiciera de memoria y sin saber realmente el porqué. Cuando hace unos años apareció una cruz muy pesada para mí que no podía compartir, me acuerdo perfectamente que le dije a mi madre que me recordara como se rezaba el Rosario, sentía que necesitaba el consuelo de Dios y ni siquiera llevaba una vida cristiana. Lo llegué a rezar a diario, estaba en mi mesita y al mirarlo no entendía porque necesitaba hacerlo, solo sabía que encontraba paz. Quizás era ya un diálogo con Dios. El no poder contarlo a nadie era muy duro, supongo que el decírselo a Él era una petición de auxilio ante una situación que superaba mis límites de entendimiento.
   Ayer me decía un sacerdote que la vida de un cristiano gira en torno a la oración, que se debe encontrar en el centro de su vida. A partir de ella se empieza a conocer y amar al Dios. El diálogo íntimo y continúo con él, alimenta nuestra fe y nos predispone para buscarlo donde Él está verdaderamente presente, en la Eucarística. Nos comentaba algo que es cierto, hay que obligarse a orar. Puede que al principio nos dé pereza e incluso que nos parezca fría. Habrá días que sentiremos que la oración es vacía y que no nos trasmite nada, da igual, la perseverancia nos acerca a Dios.


 En las relaciones humanas uno no se enamora realmente de una persona sin conocerla íntimamente. Conforme hablas con ella y vas entablando una relación de amistad y de convivencia es cuando te das cuenta que la amas. Con el Señor me ha pasado lo mismo. Conforme me he relacionado con Él lo he empezado a amar, y la forma ha sido orando. Así siento que  arraigo mi fe, y aumenta mi deseo de estar más tiempo con Él y por tanto lo busco donde realmente está presente, en la EUCARISTÍA.

lunes, 23 de abril de 2012

Voluntad Divina

   Hoy les explicaba a los niños los oráculos en la mitología griega. Ellos se quedaban extrañados, ¿Cómo los dioses respondían a sus dudas? La verdad es algo sorprendente que desde la antigüedad el hombre haya necesitado ayuda divina para responder sus inquietudes. A mi no me extraña desde hace unos meses no hago más que preguntar al Señor mis dudas, aunque hay que estar dispuesto a escuchar su respuesta.
   Hace unos días llegó una oportunidad única a mis manos. Creo que nada llega por casualidad y eso es evidente. Nunca suelo hacer mucho caso a los correos que me mandan de información sobre las plazas convocadas. Pero algo de ese correo llamó poderosamente mi atención. Hace dos cursos me acomodé en un lugar y por mi mente no pasaba el cambiar ese lugar. Me sentía a gusto y en mi sitio. Todo esto era antes de que volviera a nacer en esta nueva vida que me ha brindado Dios. Ahora me siento distinta y me planteó cosas que antes ni me imaginaba.  Sé que es una plaza complicada, que me traerá muchos quebraderos de cabeza, más disgustos que alegrías, y en cambio, me siento muy atraída hacia ella.
   Hoy leyendo el Evangelio me preguntaba sobre esta cuestión. Sé que el puesto de trabajo no importa para seguir a Dios, en cualquier sitio puedes servirle. Pero desde que leí ese correo me he planteado muchas cosas que antes no pensaba, ¿Cómo sé que es algo que viene de Dios o solo es un deseo mío? No sé si me explico con claridad. ¿Es mi deseo el cambiar de sitio por determinadas circunstancias o realmente es Dios quién piensa que podría ponerme al servicio de los demás de esa forma? Es una pregunta muy difícil. Y más si en la esfera de decisión se ven afectadas la gente de tu alrededor, y cuando sabes que su reacción será negativa ante ese cambio.
   Creo que me gustaría enfocar mi vida de otra forma el problema es encontrar esa fórmula que se ajuste lo máximo posible a mi situación.Tampoco quiero que esta decisión me perturbe. Estoy segura que Dios proveerá lo que debo hacer, así lo hace siempre...


domingo, 22 de abril de 2012

Arrepentíos y Convertíos


   Los discípulos fueron los encargados de difundir el mensaje de Jesús. Ellos jamás pudieron convivir con la gran comunidad cristiana que hemos llegado a formar. Pero creyeron a Jesús, y tuvieron la gran suerte de estar a su lado. Nosotros los cristianos actuales nos pasa todo lo contrario a ellos. Nos hemos encontrado con la comunidad formada, pero no hemos visto a Jesús.
   Algunos tenemos la gran suerte de reconocer el rostro de Dios, hemos sido elegidos por Dios para seguirle. Solo nos pide algo, FE. Hay que saber mirar con los ojos del alma, y alimentar esa FE, porque es algo que solo crece cuando se cultiva y se comparte.

   Se cultiva con la ORACIÓN y la EUCARISTÍA, es el alimento del alma, y lo que nos hace unirnos al resto de la Comunidad. En la oración comunico al Señor mis anhelos y  preocupaciones encomendándome a Él. Le doy gracias por todo lo bueno que me ofrece cada día. Además en días que estoy inquieta me ofrece consuelo y paz. La EUCARISTÍA completa mi oración. Es mi porqué de muchos días malos, y cuando me quedo sin ella, me falta la parte más importante del día. La tercera parte importante que me completa, es llevar la ORACIÓN y la EUCARISTÍA ha mi vida diaria, es decir, intentar llevar, aunque torpemente su PALABRA a la práctica. Hay una frase muy reveladora en la segunda Lectura de hoy, que lo resume: "El que dice: “Yo lo conozco”, y no cumple sus mandamientos, es un mentiroso, y la verdad no está en él".

   En la vida he tenido que elegir, seguir a Cristo y vivir de acuerdo a sus principios que son los que verdaderamente me han hecho feliz o hacer aquello que agrada a los demás pero a mi me hacia terriblemente desgraciada. Hace tiempo que elegí lo primero, aunque ello ha significado nadar muchas veces contracorriente. Me da igual, que Dios me enseñara su rostro e iluminara mi senda supuso una oportunidad de alejarme del precipicio en el que me encontraba. No pienso desaprovechar la oportunidad.

sábado, 21 de abril de 2012

Absolución y Vida Nueva

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   Cuando uno se acostumbra a vivir cerca de la LUZ y descubre donde se encuentra el verdadero sentido de la vida, es muy duro volver a vislumbrar las tinieblas.

   Esta semana ha sido tremendamente dura, había momentos que la presencia del demonio era más evidente que la de Dios. He pasado por todos los estados de ánimo posibles que nos alejan del Señor. Inquietud por sentir mi alma impura. Culpabilidad por la ofensa a Dios. Ira y Rabia proyectada al exterior. Nerviosismo que me hacía perder el control de mis actos. Angustia que me llevaba a tener unas enormes ganas de llorar. Y un desasosiego que me ha hecho tener que dejar mis clases y salir a tomar aire.

   No hace mucho me costaba muchísimo confesarme. Pensaba, como le cuento yo a este hombre mis pecados, ¡Qué vergüenza! Todo era fruto de una vida cristiana poco madura. Mis prejuicios no me dejaban sentir todos los beneficios de una buena confesión. Ahora nos sentamos uno al lado del otro, y las palabras fluyen por si solas. No siento rubor cuando le hablo, ni nervios como me pasaba al principio.

   Mi alma, después de navegar durante toda la semana por el mar de la zozobra, ha recobrado la paz, la que da el Señor, cuando en su nombre un sacerdote te dice: Yo te absuelvo tus pecados en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. Al decirme eso, ha sido como si un aliento de aire puro entrara por mi boca y recorriera todo mi cuerpo para acabar en el corazón. El Señor me ha quitado un pesado lastre de encima, solo podía decirle durante toda la misa GRACIAS.

   Mi penitencia, un rosario por los jóvenes de la parroquia, la mejor que me podría haber puesto. Esta semana el rosario de un amigo que llevaba a todas horas conmigo, ha sido mi tabla de salvación.

miércoles, 18 de abril de 2012

Luz y Vida

  
   Dios nos habla todos los días a través de su Palabra, y a veces de forma sorprendente te das cuenta de la respuesta de tus dudas o desvelos. Así me ha pasado hoy. Ayer después de unos días no muy buenos falté a la caridad en todas sus dimensiones, sentí rabia e ira y la proyecté hacia el exterior, me descontrolé por completo y dejé que el demonio hablara por mí. Por la tarde en la Eucaristía experimenté una vergüenza profunda nacida del alma y que se producía por una ofensa clara a Dios. La consecuencia posterior, quedarme sentada en el banco en el momento que más espero todo el día, poder participar del banquete y tomar el Pan de Vida. La vergüenza que hay gente que experimenta por levantarse a comulgar no es nada con la que se siente por todo lo contrario. Le decía al Señor te deseo con todas mis fuerzas pero sé que hoy más que nunca no soy digna de ti, casi no podía mirarle a los ojos. La desazón de mi corazón provenía no del problema en si, sino de la lejanía con la que ahora mismo veo la Luz.
   Hoy dice el Evangelio que las personas que prefieren las tinieblas a la luz, es porque estar al lado de la luz supone renunciar al pecado  y desnudar el alma. Aceptar que uno es pecador y reconocer tus ofensas al Señor es duro. Intentaré explicarlo. Jesús es un médico, cuantas veces no vamos al médico por temor, por miedo a que nos diga algo que no nos va a gustar, nos desvele una enfermedad, olvidándonos que al descubrir esa dolencia, nos ayudará a curarla. Cuando nos acercamos a Cristo tenemos miedo de mostrarnos como somos, y decirle aquello que nos duele, olvidándonos que Él no juzga ni castiga, solo quiere salvarnos.
  Solo con la luz mi vida tiene sentido, porque me indica la dirección. Ella es la que me muestra la realidad de lo que soy y hacia donde voy. Es la que me inunda de la misericordia divina. Por eso, en estos momentos que no estoy en gracia me siento perdida, la luz se encuentra lejos y debo de ir a encontrarla.

martes, 17 de abril de 2012

La Felicidad Espiritual

   Como envidio las comunidades cristianas que formaron los apóstoles. La verdad es que lees la Lectura y te sorprende la capacidad de desprendimiento. Formaban una verdadera familia. Consideraban a los apóstoles sus guías en todos los sentidos de la vida. Por eso yo creo que entregarles todos los bienes era un símbolo, con ello demostraban que su vida no era suya, que era de Dios. Él, había dejado de pastores de la nueva Iglesia a los discípulos. Los creyentes tenían tanto fervor y amor a Dios que se ponían en manos de ellos. Lo único importante era alcanzar la vida eterna, y después de eso, todo era secundario.

   Los bienes sin el amor de Dios no sirven para nada. Cuando la codicia te ciega, y tu vida gira en torno al dinero, nunca te parece bastante, e incluso te duele desprenderte de él. Tan malo es la avaricia, como que tu vida gire alrededor del consumismo, el afán de comprar y comprar. Yo creo que lo primero jamás lo he sentido. Nunca he tenido apego por el dinero ni codicia por desear más. Sí he sido consumista, sin darme cuenta quería compensar mis carencias espirituales, con esos momentos de felicidad efímera que te proporcionan las cosas materiales. Como era transitoria, enseguida necesitaba comprar otra cosa para sentir esa falsa alegría.
  Ahora miro mi vida actualmente y la de no hace mucho, y pienso como ha cambiado, y que orgullosa estoy de ello. Mi vida antes era una amargura permanente, y la felicidad  solo la sentía en determinados momentos. Ahora soy feliz siempre, aunque ante acontecimientos puntuales me entristezca. La plenitud de mi vida me lo ha dado Cristo. Me proporciona paz y felicidad las 24 horas del día.

lunes, 16 de abril de 2012

La libertad y Dios

   Una de las mayores críticas al cristianismo y que más daño ha hecho, la ha realizado el Existencialismo Ateo con autores como Camus o Sartre. Afirman que si Dios es misericordioso, si existe, como permite el sufrimiento humano. Ponen en entredicho no solo la bondad de Dios, sino también la omnipotencia afirmando que  no actúa porque no puede.  Pero realmente de quién son las manos que roban, matan, o violan, ¿De Dios?
   Alguien podrá pensar, ¿Y las enfermedades? Bueno yo lo tengo claro, nadie puede evitar el deterioro de un cuerpo. ¿Las catástrofes naturales? Forman parte de la tierra. Es decir, si hay un terremoto es porque las placas tectónicas se mueven, ni más ni menos. Lo que quiero expresar es que lo que mejor se nos da a los humanos es exculparnos de todo y buscar una cabeza de turco.
  
   Voy a poner una situación extrema de ejemplo. Un borracho conduce por la noche a 150 por una carretera y se choca de frente con una familia que vuelve a casa después de pasar el día en la playa. Fallecen todos. En el velatorio una de las frases más repetidas será, "¿Cómo Dios lo ha consentido?" o en su defecto, "Si Dios existiera, no hubiera consentido esta tragedia". Realmente el que conducía borracho a 150 ¿Era Dios?
  
   Para mi la respuesta es elemental, el drama de la libertad humana. Somos nosotros los que decidimos en cada momento el camino que escogemos, si hacemos el bien o nos declinamos por el mal. Normalmente, y lo digo por experiencia, elegimos el sencillo, pero nos aleja de Dios. Porque seguirle a Él no es fácil, requiere de muchos sacrificios. Yo no me arrepiento de hacerlos, la recompensa que tengo y tendré lo vale todo. La sonrisa de mi corazón y la plenitud de mi alma no tienen precio, y Dios me la da gratis.


domingo, 15 de abril de 2012

El Señor es mi pastor nada me falta

   Ayer me daba cuenta lo desgraciada que era antes de conocer a Dios. Como me evadía y buscaba la felicidad y como siempre caía derrotada porque esa felicidad era efímera. Cuando caía, el batacazo era tremebundo. Sí no era feliz ni en momentos en los que no tenía problemas, ¿Cómo lo iba a ser cuando me sobrevenía algún acontecimiento negativo?
    Cuando veo el milagro que el Señor ha obrado en mi vida me doy cuenta de algo. No me hace falta ver sus heridas para creer. Jamás le diría a Jesús que me enseñara las marcas de los clavos. Anoche me di cuenta que en mi vida se encontraba la fe viviente de que Dios existe.
    Ante las situaciones de sufrimiento he encontrado a  Dios. Pensaba, “Señor tengo tristeza por este problema pero no me perturba, se que estás a mi lado llevando la cruz conmigo”. Hasta en esa situación me sentía feliz espiritualmente, y todo era porque Él se encontraba conmigo. Es la razón de  mi paz.
   Si el Señor cree que necesitaba pasar por esta situación, es porque algo maravilloso me va a enseñar con ella.  Por eso digo, que es en el dolor y en el sufrimiento, donde me doy cuenta lo que amo a Dios, y lo que el me ama a mí. Porque antes los problemas me desesperaban y me desbordaban. Ahora el sufrimiento se convierte en amor. En un amor que supera mi capacidad de entendimiento. Al pie de la cruz, contándole mis tribulaciones es donde mejor me encuentro. Donde mi vida tiene sentido.

sábado, 14 de abril de 2012

Mi Apostolado Particular

  Cuando Cristo resucitó, se manifestó a los discípulos en varias ocasiones. En todas ellas la reacción de los discípulos es de incredulidad ante su presencia, y luego fe, y abandono en sus brazos. Ese mismo proceso es el que he vivido yo en mi corto camino de cristiana. Se presentó ante mí y no podía creer lo que me estaba pasando y experimentando, pero a continuación me abracé a él, y me di cuenta que fácil es el camino a su lado. Ahora me doy cuenta que Jesús también se aparece en mi vida. Lo veo cada día en los ojos de infinidad de personas, pero por encima de todo lo veo en los ojos de mis niños, en clase, soy muy afortunada. Cuando los abrazo, siento al Señor. Cuando les beso, siento al Señor. Cuando lloran en mis brazos por causa de los  problemas de sus  familias tristemente desestructuradas  siento al Señor. Y Cuando simplemente buscan la atención y el cariño que no reciben en sus hogares siento al Señor.
  
   Creo que eso también es apostolado, no solo ir a misa o rezar nos hace cristianos. Es una parte fundamental, eso sí. Yo soy consciente cuando entro a la Iglesia y me siento en ese banco que estoy proclamando mi fe. Cuando me levantó a recibir el cuerpo de Cristo estoy haciendo apostolado, diciendo, estoy aquí y no me avergüenzo de venir todos los días a misa y comulgar. Pero de nada me serviría todo eso, si mi fe no fuera acompañada de actos y obras de caridad.

   Ser cristiano es un todo. Es amar a Dios, la Eucaristía y la Oración pero poniendo en práctica su Palabra en nuestra vida diaria. A mi entender la mejor forma de hacer apostolado es que, las personas que están a nuestro alrededor, vean que nuestra fe no acaba y empieza en las puertas de la Iglesia. 

viernes, 13 de abril de 2012

Mi Gran Familia

   La Iglesia es igual  a Cristo como Cristo es igual a Iglesia. Si estamos solos y echamos las redes al mar sin contar con el Señor, ¿qué es lo que pasa?, que retornan vacías, nada hay en ellas. En cambio, cuando lanzamos las redes al mar con Jesús a nuestro lado, retornan cargadas de peces. La razón es sencilla, es la cabeza de nuestra Iglesia, toda su gracia nos inunda y hace de nosotros una comunidad fecunda.
   La Iglesia solo tiene sentido con Él, del mismo modo que Él tiene sentido a nuestro lado. Cuando alguien dice que cree en Dios y no en la Iglesia no lo concibo. La unidad y la plenitud de un cristiano se produce en la vida con su Comunidad. En la Iglesia no se cree se pertenece, y esta pertenencia te vivifica y te acerca a Dios, que es en el que creemos, por el que vivimos y al que le debemos nuestra existencia.
   En la mía he descubierto una gran familia,  rencontré algo que había perdido al salir de mi tierra. Un sitio donde se te da todo sin pedir nada a cambio. Cada día que entro en la parroquia me siento como en casa. Saludo a mi Padre, para mi lo más importante. Tengo la gran suerte de leer su palabra muchos días, y ser transmisora de sus enseñanzas, es un gran honor. Cuando llega el momento de la comunión, no veo a al sacerdote en la consagración veo a mi Padre que me llama al gran banquete. Yo acepto su Pan de vida, aunque sé que no soy digna, pero como le digo siempre: No te merezco pero te necesito. Es la verdad, el día que me quedo sin misa es un día en que no me siento entera, porque el momento de estar allí es el más importante de la jornada.
   El otro día me decía alguien, ¿Para que vas a misa hoy, si te vale la de ayer? Mi contestación fue sencilla, no voy por obligación.  La Eucaristía se ha convertido en el eje donde mi vida gira, y la oración en el motor de arranque del día, y de paz y sosiego por las noches.

    

jueves, 12 de abril de 2012

La Paz Conmigo

  
  Hay algo que no deja de ser una constante en la Palabra de Dios, la sanación de los enfermos. Hoy pensaba, cuando iba al médico, en lo importante que es cuidar nuestra salud corporal, pero de que poco sirve al no acompañarla de la una sanación espiritual. Realmente Él es mi refugio. Me da fuerzas en unos días no muy fáciles, y que en otro tiempo hubieran sido terroríficos.

   A pesar de ello, no debo bajar la guardia, ni dejarme llevar por el camino fácil. Esta tarde lo he hecho. Tenía que hacer muchísimas cosas, pero lo más sencillo era dormir. Siempre se ha dicho que quien canta su mal espanta, yo creo que en mi caso en lugar de cantar, lo cambiaría por dormir. Me he pasado largas tardes durmiendo para evitar llorar y pensar. Hoy creo que inconscientemente he hecho lo mismo. También creo que es una forma en la que el demonio me tienta, y en la que llevo algunos días cayendo.

   Tampoco me desespero, sé que la sanación de las heridas del alma son las más difíciles, y que voy por el buen camino. No me revelo contra ellas, solo que duelen, y hay días que más que otros. Aunque muchos ratos necesite llorar, no debo ni voy a quejarme, porque soy muy afortunada.  Ahora sé que mi sufrimiento es una bendición, porque lo puedo ofrecer. Esto ayudará a mucha gente que realmente lo necesita, y me hará ser un poco menos egoísta, y mirar más a mis prójimos.

   No he de olvidar nunca que está a mi lado, además lo siento, no hace falta que le toque sus llagas. Mi vida tiene sentido ahora que el Señor se encuentra de lleno formando parte de ella. Porque la paz está conmigo

miércoles, 11 de abril de 2012

Quédate porque atardece...

  Camino de Emaús, los discípulos hacen el paso de la oscuridad a la luz, de la ceguera a la visión. Primero el Señor les descubre el valor de las Escrituras, porque no ha ocurrido nada que no se haya dicho desde el principio de los tiempos: "Mi servidor triunfará: será exaltado y elevado a una altura muy grande...Él fue traspasado por nuestras rebeldías y triturado por nuestras iniquidades" (Is.52,13-53,12).  
   Les explica el sentido de la vida y muerte del Mesías, así como su resurrección. Pero ellos no logran reconocerle, aunque algo tuvieron que sentir cuando le dicen: "Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída”. Fue un gesto hospitalario hacia una persona, pero yo creo que a la vez, no querían que la oscuridad les venciera en la batalla.
   Cuando se sentó en la mesa, sus dudas se disiparon, y se les cayeron las vendas de sus ojos. Lo reconocieron con la bendición y cuando repartió el pan.
  
   Y Él se quedó, pero no solo en ese instante, les mostró que iba a estar con nosotros, presente toda la eternidad. La primera Eucaristía de Jesús, con su Palabra y con su cuerpo y  sangre. Nos enseña que la fraternidad y la unión de la Iglesia con Jesús, se encuentra en torno a la mesa, compartiendo el alimento para el alma y el cuerpo.
   Así quiso quedarse entre nosotros, de esta forma sencilla y cotidiana, de forma humilde, igual que vivió. Llevó una existencia terrenal ejemplar. Del mismo modo que nos enseña a nosotros, no solo de palabra sino con hechos, como debemos alcanzar una vida plena.
  Por eso, le pido perdón al Señor por todas esas ocasiones que he pasado  indiferente delante de Él, por las veces que me he hecho la tonta, que no le he oído, o que no le he querido conocer. Y le doy gracias, porque nos ha dejado el "Pan de Vida" y porque cumple fielmente su promesa: «yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo»

martes, 10 de abril de 2012

Amar hasta el extemo

  
  
   Ayer terminé con un propósito claro, no sé las veces que lo incumpliré, pero hoy es un día de esos que me he sentido cerquita de Jesús. A pesar de llevar unos días revuelta y con inquietud en mi corazón ante determinados actos o pensamientos, no he dejado que el demonio se apodere, y me haga seguir errando.

   Me cuesta mucho relacionarme con la gente que alguna vez me ha hecho daño, aunque haya sido de forma inconsciente.  Y es que a veces pienso que soy demasiado sensible ante las palabras, me duelen más que cuchillos afilados.

   Cuando dije que quería ser un testimonio de alegría para todos y en especial para los que menos me quieren o para los que me habían hecho daño, no lo decía por decir. Hoy se ha presentado esa oportunidad ante una compañera de trabajo que unos días antes de Semana Santa me hizo daño. Podía haber agachado la cabeza y pasar por su lado como si no la hubiera visto. Pero, cuando la he mirado, he sentido que Jesús decía en mi corazón, yo te perdono siempre, ¿Por qué tú no perdonas? Así que,me he parado y he puesto una sonrisa, no de esas falsas, sino de las que salen del corazón. Le he preguntado por sus vacaciones, por su vuelta y por la faena diaria.

   Al despedirme de ella, he sentido una gran satisfacción de ser cristiana. Y he pensado "Ciertamente el mundo sería mejor si todos sintiéramos al Señor, si fuéramos cristianos". No es vanidad, es que yo antes de sentirme llamada por Dios, no me planteaba tanto las cosas, y aunque nunca me he considerado mala persona, si que sé que no medía las consecuencias de mis actos en los demás. Ahora intento llevar al máximo los mandamientos principales que Él nos dejó: Amarás al Señor tu Dios y a tu prójimo como a ti mismo. Es una tarea primordial, no puedes amar a Dios sin amar a tu prójimo. No debo engañarme, ser cristiano es fácil, ser un cristiano consecuente con mis actos es un gran reto.

lunes, 9 de abril de 2012

Alegraos

                    ·   Ellas se acercaron, se postraron ante él y le abrazaron
             los pies...

           · Decid que sus discípulos fueron de noche y robaron el cuerpo mientras vosotros dormíais...

   Encuentro dos cosas en común entre los guardias y las mujeres: ambos se encontraron con el sepulcro vacío y corrieron a Jerusalén. En cambio sus actitudes son  muy distintas ante la Resurrección de Jesucristo.

   Por un lado las mujeres Su amor las lleva al lado del sepulcro a cuidar el cuerpo sin vida de Jesús. Allí no yace ya, y al encontrárselo se postran ante él, llenas de júbilo, y haciendo lo que Jesús les dice corren a anunciar la Buena Nueva:

 «No tengáis miedo: id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán.»

   Los guardias, van corriendo a comunicar a lo sumos sacerdotes lo que han visto. Pero ellos no pueden permitir que se sepa en el pueblo. Les compran por una suma de dinero, para que digan que el cuerpo ha sido robado. Los guardias sabían perfectamente que nadie había entrado allí, para eso habían estado en vela vigilando el sepulcro.

   Yo creo que esas actitudes se encuentran hoy en día aún. Aquellos que están ciegos y no son capaces de ver a Cristo Resucitado, o lo que es peor, lo niegan. Se venden por otras cosas en la vida, por otros dioses mucho más cómodos de idolatrar y que están más de moda. Venden así su dignidad, su libertad e incluso su salvación.

  La actitud de esas mujeres es un ejemplo a seguir, y es que creo que no basta ir a la playa para mojarse. Hace falta ponerse el bañador y sumergirse sin miedo en el agua, penetrando en las profundidades del mar. Espero que esta “Pascua” pase por mi vida y  no me deje indiferente, que me libere y me transforme. Que me haga superar mis fobias y me haga consciente de que la cruz es pesada solo si la llevo sola. Me postraré de rodillas delante de Jesús y le adoraré, pidiéndole que me ayude a ser testimonio de alegria y fe para todos, sobre todo para los que menos me quieren o alguna vez me han hecho daño. Ese es el mejor regalo para Cristo Resucitado.




domingo, 8 de abril de 2012

Vigilia Pascual

Anoche viví, uno de los momentos más apasionantes desde mi renacer como cristiana. Participé de la "noche santa" donde recordamos que, Cristo sale de la tumba, victorioso de la muerte.  Lo sentí allí presente entre nosotros, en la Vigilia más importante del año.

Empezamos con el fuego, símbolo del paso de las tinieblas a la luz. Encendimos el Cirio Pascual, que simboliza a Cristo resucitado y repartimos el fuego para encender las velas de todos los fieles que nos reunimos allí, simbolizando a Cristo, "Luz del Mundo", iluminando la vida de los hombres con su Resurrección. Me dejaré esa vela al alcance de la vista para recordarme que, cuando sienta que me falta luz, Él no me abandonado, que soy yo la que me he alejado del Señor. Es emocionante, esa espera, tener esa vela encendida era como decirle a Jesús, estoy aquí vigilante, no me he querido perder tu regreso, y  quiero que estés presente en mi vida de forma protagonista "Dichosos los siervos, que el Señor al venir, encuentre despiertos"

Después escuché lecturas donde se proclaman, todos los portentos que ha hecho el Señor desde nuestros orígenes, terminando con   el Evangelio donde se narra la Resurrección. Me sentí testigo en el sepulcro, descubriendo que se cumplía su palabra y que ya no yacía allí. Mis lágrimas inundaban mi rostro desde el momento en que entré en esa Iglesia, consciente de lo que iba a vivir, y sintiéndome tremendamente afortunada.

La Vigilia continúo con la Liturgia Bautismal, allí se bendijo el agua para el bautismo de los nuevos miembros que entrarán en la comunidad, y continuamos renovando  nuestros votos bautismales. Fue un momento de respeto, de conmoción y de júbilo, donde fui consciente en cada instante de la importancia que tenía cada "renuncio" que pronuncié, y cada "creo" que sentí en mi corazón. También sentí que resucitaba a una nueva vida, que resurgía a una vida de plenitud, donde soy una privilegiada.
Para terminar, no podía faltar la parte de la Eucaristía, "acción de gracias" al Señor que nos ofreció a su hijo, que murió y resucitó. Me di cuenta que asistía al momento donde nació la verdadera Eucaristía.
Quizás me quedo corta en mis expresiones, o mis palabras son parcas para explicar, que hay un antes y un después de la Vigilia. Necesitaba decir alto y claro que soy CRISTIANA y que ¡CRISTO HA RESUCITADO, ALELUYA!

miércoles, 4 de abril de 2012

Mi CALVARIO o Mi BENDICIÓN

    
   En estos días cuando más consciente soy del sufrimiento de Jesús camino de Calvario, medito sobre mis cruces y mi actitud ante ellas. En mi vida creo que ha habido pequeñas y grandes cruces. Las pequeñas han pasado casi inadvertidas, pero las grandes han sido muy duras de llevar. No podría expresar cual de las dos ha sido más pesada o más costosa. 
   La forma en la que yo acepté esas cruces también fue distinta. La primera con tan solo 18 años, la tomé con rabia. Solo me interesaba mi bienestar. Pensaba a todas horas. ¿Por qué yo? Era tal mi rebeldía que incluso me osaba a pensar "Con toda la gente que hay en el mundo y me ha tocado a mí". Me daba igual el sufrimiento de los demás, y empecé a sentirme lástima. La convertí en una cruz sin sentido.

   La segunda cruz fue distinta, me alcanzó en un estadio de mi vida más maduro. Así que, sentí muchas cosas juntas: rabia, dolor, impotencia y más tarde, una angustia interior que fue pudriendo mi alma y mi ser. No la compartí con nadie, me tragué la llave de mi corazón. Sentía vergüenza aunque no fuera una cruz buscada sino encontrada. Tampoco me sirvió para redimirme, ni enmendar mis pecados.

   Entonces el Señor empezó a buscarme, para ello se valió de un Simon de Cirene. Sabía que se me había hecho tan pesada la cruz que estaba a punto de abandonar. Cuando no conoces la mano de Dios, no entiendes el significado que tienen esas cruces. La razón es simple, si no le sientes, la vida no tiene sentido y tu felicidad es tan efímera y frágil que ante cualquier contrariedad te derrumbas. El Cirineo no solo me ofreció su fuerza y ayudó a cargar mi cruz, además me descubrió el verdadero significado de éstas, y me enseñó la forma de llevarlas. La clave es sencilla, en el dolor y sufrimiento de nuestras cruces está el Señor que sale a nuestro encuentro. Solo debemos abrazar esa cruz con amor y confiar en Él. Así volví a la vida.

   Hay una frase que repito mucho y que no me gusta olvidar. Fueron las últimas palabras de Jesús antes de expirar. Cuando algo me resulta difícil o pienso que no voy a poder, solo me repito: "Señor, en tus manos encomiendo mi espíritu”.

martes, 3 de abril de 2012

Traición y Negación

   Las traiciones de la gente que tienes cerca son aquellas que más te alcanzan y más rasgan tu alma. Perdonarlas es complicado. Cuantas veces hemos afirmado, "Esto no se lo perdono jamás".
   El Evangelio de hoy muestra el dolor de Jesús ante la traición de Judas y las negaciones de Pedro. A pesar del sufrimiento y la decepción, de dos de sus mejores amigos, la respuesta de Jesús no es de reproche, odio o desprecio. Todo lo contrario, son  respuestas de ternura y afecto, los mira con todo el amor de su corazón, no lo critica ni habla mal de ellos, no busca venganza. Solamente en el momento de entregar Judas a Jesús con un beso  en la mejilla , éste le recrimina su actitud diciéndole "Con un beso entregas al hijo del hombre".
   Que diferente es la actitud de uno y de otro, Judas sin decir palabra lo traiciona. En cambio el discípulo amado actuó con libertad, sin esconderse y preguntando a Jesús. Estaba tan seguro de sí mismo y del amor hacia su amigo, que jamás se le pasó por la cabeza que lo negaría.
   Al leer esto yo me pregunto cuál es la actitud que predomina mi vida, ¿Escondo mi rostro a Dios y cuando me equivoco busco la salida fácil? O por el contrario no tengo miedo a preguntar al Señor y enfrentarme a Él cuando me equivoco.
   Lo que está claro es que Dios no se queda lejos, no se venga de nuestras infidelidades ni nos echa en cara nuestras malas acciones. Por mucho que queramos convencernos no es Dios el que se aleja de nosotros, somos nosotros los que no queremos dejar a Dios entrar en nuestras vidas. Porque el seguir a Dios significa entregarnos completamente a Él, darle todo, al igual que Cristo se entregó en cuerpo y alma.
   Mi nueva vida me llena por completo, así que lo tengo claro, en el cambio he ganado. Pienso seguir perseverando esperando no negarle ni traicionarle, dejando que cada día me exija más y dándole en cada momento más. Cuando vengan las equivocaciones que serán muchas no huiré, no ocultaré mi rostro. Me postraré ante Él y me perdonará, porque infinita es su misericordia.

lunes, 2 de abril de 2012

La Pasión de Cristo

    Cómo empiezo a expresar lo que sentí ayer al ver la película de la Pasión de Cristo, creo que mis palabras son parcas, así que empezaré con las de Isaías que describen parte de lo que Jesús padeció:

“ estaba tan desfigurado que no tenía aspecto humano; que no tenía apariencia ni presencia; y carecía de hermosura que pudiésemos estimar; que su imagen era despreciable y estaba transformado en un desecho de los hombres: Varón de dolores y conocedor de dolencias, ante quien se vuelve el rostro"(Is 52, 12 – 53,13)

  
   La pasión de Cristo dirigida por Mel Gibson se centra en las doce últimas horas de la vida de Jesucristo, desde la agonía en el Huerto de Getsemaní hasta la muerte en cruz, terminando con una breve escena de la Resurrección .  Hay escenas estremecedoras, y otras que te dejan perpleja. Mencionaría muchas pero la de la Virgen María y María Magdalena recogiendo la sangre de Jesús mediante paños, después de haber sido flagelado, es indescriptible. El sufrimiento de Jesús, la fidelidad al plan de salvación y  el amor infinito al Padre. Así lo demuestra con sus ultimas palabras, "Padre, en tus manos encomiendo mi Espíritu". Pero por encima de todo,  su infinita misericordia: "Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen".

   Duro ¿verdad?, ayer sentí que mi alma se desgarraba, cada latigazo, cada salivazo, cada caída de Jesús, me hacía llorar más y más, era una empatía tal, que mi corazón desde ayer ya no es el mismo . Mi amor es más grande aún si cabe. Esta mañana al orar al Señor no era capaz de pedir nada, ¿qué más puedes pedir?
   La Pasión de Jesús son hechos vivos y episodios reales. El pilar de nuestra fe, el creer que es verdadero hombre y verdadero Dios, va consciente y voluntariamente a la pasión y muerte para salvar a los hombres, que muere a causa de nuestros pecados y para la redención de los pecados de todos. Y es que ya lo dice Él:"No hay amor más grande que dar la vida por los amigos".

domingo, 1 de abril de 2012

Domingo de Ramos

    La verdad es que si nos paramos a pensar en el significado que tiene el Domingo de Ramos es cuanto menos revelador. Entró a la ciudad de Jerusalén, que era la ciudad más importante y la capital de su nación, y mucha gente, niños y adultos, lo acompañaron y recibieron como a un rey con palmas y ramos gritándole: "¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!" La gente de la ciudad preguntaba ¿quién es éste? y les respondían: “Es el profeta Jesús, de Nazaret de Galilea”. Esta fue su entrada triunfal. Fueron muchos los que siguieron a Cristo en este momento de triunfo, pero fueron pocos los que lo acompañaron en su pasión y muerte.

   Seguir narrando mi primera Semana Santa va a ser muy especial, y aunque quedan muchos actos y es muy pronto para hablar, el día de hoy lo guardaré en el fondo de mi alma y lo recodaré como uno de los más emocionantes. Subirme a ese altar con una de las personas más especiales de mi vida y narrar la Pasión de Cristo ha sido inexplicable. Me he trasladado a esa época y me he abstraído completamente de donde estaba, me he imaginado en cada escena de la Pasión, sintiéndome parte de ella. Era no solo una espectadora, también partícipe de esas escenas cargadas de impresión, me parecía estar sentada en Santa Cena, al lado de Jesús en su oración en Getsemaní y también cuando es juzgado y crucificado.

   Al igual que el pueblo de Jerusalén, hoy le he dicho a Jesús: "viva mi Cristo, que viva mi rey...”. Lo he proclamado el centro de mi vida y me he comprometido a seguirle a pesar de las adversidades, estando dispuesta a sufrir por Él, porque estoy segura que la recompensa de estar a su lado lo merece todo.