ROTA Y ENTERA

El Señor nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas tus fuerzas. Las palabras que digo quedarán en tu memoria, se las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas estando en casa y yendo de camino, acostado y levantado.







domingo, 8 de abril de 2012

Vigilia Pascual

Anoche viví, uno de los momentos más apasionantes desde mi renacer como cristiana. Participé de la "noche santa" donde recordamos que, Cristo sale de la tumba, victorioso de la muerte.  Lo sentí allí presente entre nosotros, en la Vigilia más importante del año.

Empezamos con el fuego, símbolo del paso de las tinieblas a la luz. Encendimos el Cirio Pascual, que simboliza a Cristo resucitado y repartimos el fuego para encender las velas de todos los fieles que nos reunimos allí, simbolizando a Cristo, "Luz del Mundo", iluminando la vida de los hombres con su Resurrección. Me dejaré esa vela al alcance de la vista para recordarme que, cuando sienta que me falta luz, Él no me abandonado, que soy yo la que me he alejado del Señor. Es emocionante, esa espera, tener esa vela encendida era como decirle a Jesús, estoy aquí vigilante, no me he querido perder tu regreso, y  quiero que estés presente en mi vida de forma protagonista "Dichosos los siervos, que el Señor al venir, encuentre despiertos"

Después escuché lecturas donde se proclaman, todos los portentos que ha hecho el Señor desde nuestros orígenes, terminando con   el Evangelio donde se narra la Resurrección. Me sentí testigo en el sepulcro, descubriendo que se cumplía su palabra y que ya no yacía allí. Mis lágrimas inundaban mi rostro desde el momento en que entré en esa Iglesia, consciente de lo que iba a vivir, y sintiéndome tremendamente afortunada.

La Vigilia continúo con la Liturgia Bautismal, allí se bendijo el agua para el bautismo de los nuevos miembros que entrarán en la comunidad, y continuamos renovando  nuestros votos bautismales. Fue un momento de respeto, de conmoción y de júbilo, donde fui consciente en cada instante de la importancia que tenía cada "renuncio" que pronuncié, y cada "creo" que sentí en mi corazón. También sentí que resucitaba a una nueva vida, que resurgía a una vida de plenitud, donde soy una privilegiada.
Para terminar, no podía faltar la parte de la Eucaristía, "acción de gracias" al Señor que nos ofreció a su hijo, que murió y resucitó. Me di cuenta que asistía al momento donde nació la verdadera Eucaristía.
Quizás me quedo corta en mis expresiones, o mis palabras son parcas para explicar, que hay un antes y un después de la Vigilia. Necesitaba decir alto y claro que soy CRISTIANA y que ¡CRISTO HA RESUCITADO, ALELUYA!

No hay comentarios:

Publicar un comentario