Cómo empiezo a expresar lo que sentí ayer al ver la película de la Pasión de Cristo, creo que mis palabras son parcas, así que empezaré con las de Isaías que describen parte de lo que Jesús padeció:
“ estaba tan desfigurado que no tenía aspecto humano; que no tenía apariencia ni presencia; y carecía de hermosura que pudiésemos estimar; que su imagen era despreciable y estaba transformado en un desecho de los hombres: Varón de dolores y conocedor de dolencias, ante quien se vuelve el rostro"(Is 52, 12 – 53,13)
La pasión de Cristo dirigida por Mel Gibson se centra en las doce últimas horas de la vida de Jesucristo, desde la agonía en el Huerto de Getsemaní hasta la muerte en cruz, terminando con una breve escena de la Resurrección . Hay escenas estremecedoras, y otras que te dejan perpleja. Mencionaría muchas pero la de la Virgen María y María Magdalena recogiendo la sangre de Jesús mediante paños, después de haber sido flagelado, es indescriptible. El sufrimiento de Jesús, la fidelidad al plan de salvación y el amor infinito al Padre. Así lo demuestra con sus ultimas palabras, "Padre, en tus manos encomiendo mi Espíritu". Pero por encima de todo, su infinita misericordia: "Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen".
Duro ¿verdad?, ayer sentí que mi alma se desgarraba, cada latigazo, cada salivazo, cada caída de Jesús, me hacía llorar más y más, era una empatía tal, que mi corazón desde ayer ya no es el mismo . Mi amor es más grande aún si cabe. Esta mañana al orar al Señor no era capaz de pedir nada, ¿qué más puedes pedir?
La Pasión de Jesús son hechos vivos y episodios reales. El pilar de nuestra fe, el creer que es verdadero hombre y verdadero Dios, va consciente y voluntariamente a la pasión y muerte para salvar a los hombres, que muere a causa de nuestros pecados y para la redención de los pecados de todos. Y es que ya lo dice Él:"No hay amor más grande que dar la vida por los amigos".
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